Firma del sur de la Florida estafó $150 millones a inversionistas de todo el mundo

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(Miaminews24).- Los dos directores principales de una firma con sede en el sur de la Florida que cobró millones de dólares de los inversionistas fueron acusados formalmente por su papel en la organización en Brasil de un fraude de gestión de cobro por $150 millones, según fiscales federales.

Una denuncia federal acusa a Antonio Carlos de Godoy Buzaneli, de 56 años, de Coral Gables, y a José Manuel Ordoñez Jr., de 46 años, de Davie, de preparar un fraude de inversiones de $150 millones relacionado con un supuesto “factoring” brasileño.

Julio Enrique Rivera, de 61 años, de Pembroke Pines, se declaró culpable el 9 de noviembre y fue condenado. Buzaneli y Ordoñez fueron detenidos el 17 de noviembre y han aparecido inicialmente en la Corte de Distrito de los Estados Unidos en Miami, anunció la semana pasada el Fiscal en funciones Gregory G. Brooker, del Distrito de Minnesota.

“Factoring” es una transacción financiera en la que cuentas por cobrar se compran con descuentos.

De acuerdo con la acusación y los documentos judiciales, Buzaneli, Ordoñez y Rivera eran los directores de Providence Holdings International, una compañía con sede en Key Biscayne. En el 2009 y 2010, los tres formaron Providence Financial Investments Inc. y Providence Fixed Income Fund LLC para recaudar dinero de los inversionistas. Hasta junio del 2016, Providence recaudó aproximadamente $150 millones de inversionistas en todo el mundo —casi la mitad de ellos de Estados Unidos — al ofrecer que Providence invertiría el dinero en “factoring” brasileño.

Buzaneli, presidente de Providence, y Ordoñez, el director de operaciones, fueron acusados cada uno con un cargo de conspiración para cometer fraude postal y 12 cargos de fraude postal. Rivera se declaró culpable de un cargo de conspiración para cometer fraude postal.

De acuerdo con los documentos del tribunal, los materiales de mercadotecnia de Providence explicaban que en Brasil los consumidores escribirían 10 cheques separados a fecha futura por $100, uno por mes, para pagar $1,000 en artículos de venta al por menor tales como productos electrónicos o comestibles.

Luego, el minorista vendería los cheques posfechados a Providence por aproximadamente $820, lo que le daría a Providence $180 durante 10 meses a medida que los cheques vencían. Como resultado, Providence afirmó haber obtenido un rendimiento anual del 48 por ciento del dinero invertido en Brasil.

En Estados Unidos, Providence usó una red de corredores sin licencia que vendieron $64 millones en pagarés con tasas de interés anuales de entre 12 y 24 por ciento a unos 400 inversionistas, muchos de ellos personas de la tercera edad y otros de Puerto Rico.

La acusación formal alega que Buzaneli y Ordoñez desviaron fondos de inversionistas a otras compañías que controlaban, incluyendo una de importación/exportación, una compañía de viajes, un servicio de restauración de crédito, una empresa de servicio de comidas y un camión de alimentos operado por la esposa de Buzaneli, dijo la acusación.

Dos hombres de Tampa, que pidieron no ser identificados, alegan que están entre las víctimas que probablemente nunca recuperarán su dinero. Dijeron que se reunieron con ejecutivos de la compañía, incluido el presidente, en varias ocasiones, incluso en Key Biscayne, Panamá y Brasil.

Habían estado invirtiendo cantidades menores durante algunos años, “y todo parecía ir bien”, dijeron al Miami Herald. Indicaron que luego aumentaron su inversión en $207,000 a principios del 2016 para un total de aproximadamente $350,000, “una gran cantidad de dinero en efectivo” y los ahorros de toda una vida, dijeron los hombres de Tampa.

A medida que el plan progresaba, Providence abrió oficinas en todo el mundo, incluso en Londres, Hong Kong, Taipei, Shanghai, Singapur, Vancouver y Panamá. Cuando se le dijo a un juez del Royal Court of Guernsey, un centro financiero en British Channel Islands, que los inversionistas probablemente nunca verían los $48,4 millones (37 millones de libras esterlinas) que habían invertido, calificó los hallazgos como “un montón de guano”.

Cuando la oficina de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos en Minnesota investigó la empresa, Providence Financial Investments y Providence Fixed Income Fund se declararon en bancarrota en junio del 2016, alegando tener activos estimados entre $0 y $50,000. El FBI, el Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos y la Oficina de Fraude a los Comercios en Minnesota se unieron a la investigación, así como a entidades extranjeras.

Fuente: Miami Herald