Miami Dade todavía espera ayuda federal como premio por no ser una “ciudad santuario”

1071

(Miaminews24).- Cuando el secretario de Justicia, Jeff Sessions, visitó Miami en agosto del año pasado, prometió dar “más dinero para luchar contra los delitos” como un premio luego de que Miami-Dade eliminó las protecciones al estilo de las “ciudades santuario” con respecto a los violadores de las leyes de inmigración que se encuentran en cárceles del condado.

Sin embargo, después de casi un año de haber sido elogiado por el presidente Donald Trump como uno de los mejores condados del país, Miami-Dade sigue esperando la ayuda federal. El alcalde Carlos Giménez dijo que Miami-Dade esperaba asegurar de Washington miles de millones en fondos tras defender la postura del condado sobre las leyes de inmigración, días después que Trump asumió la presidencia. Cuando la secretaria de Transporte visitó Miami el otoño pasado, aunque ofreció ayuda sobre la emisión de permisos, dijo que “los recursos son un problema”.

Chicago demandó al gobierno de Trump por las amenazas a jurisdicciones de santuario, pero la Ciudad de los Vientos recibió la misma subvención de $3 millones por parte del Departamento de Justicia que Miami-Dade recibió en noviembre. Antes de que Trump se convirtiera en presidente, ambas jurisdicciones rechazaron peticiones federales para detener a personas que fueron llevadas a la cárcel acusadas de delitos cometidos en el área mientras se procesa la documentación para deportarlas. Chicago aún no lo ha hecho, pero Miami-Dade comenzó a cooperar con las autoridades de inmigración y a cumplir con estas “solicitudes” en enero del año pasado.

Cuando Sessions llegó a Miami para elogiar que el condado aceptara las peticiones federales para detener a acusados por delitos relacionados con inmigración, el secretario anunció formalmente lo que el Departamento de Justicia le había dicho al Condado en una carta dos semanas antes: el haber cambiado de posición quería decir que el condado era elegible para continuar recibiendo ayuda del programa Byrne Grant para las agencias policíacas locales.

Según cifras que esta semana dio a conocer la oficina de presupuestos de Miami-Dade, el condado recibió unos $700,000 de Byrne el año pasado, cantidad suficiente para financiar el presupuesto de $680 millones durante aproximadamente ocho horas.

“Los argumentos no eran los correctos”, dijo Melissa Taveras, portavoz de Florida Immigrant Coalition, un grupo de activistas de Miami que se opone al cambio de política de Giménez. “Lo que se está haciendo es crear más miedo en nuestra comunidad de inmigrantes”.

Fue justamente Miami la ciudad que Sessions escogió para pronunciar un importante discurso sobre las ciudades santuario. En una terminal de PortMiami, con Giménez como el único funcionario electo que acudió al evento, Sessions elogió a Miami-Dade y criticó a Chicago como una ciudad donde el “respeto por la ley había desaparecido”.

Giménez, republicano que respaldó a Hillary Clinton en el 2016, destacó que el dinero federal por el que ciudades y condados compiten en Washington es una justificación de importancia en un cambio de política para satisfacer al nuevo presidente.

“Cuando el presidente Trump emitió su orden, pensé que se trataba de un hombre serio”, dijo Giménez en un programa de televisión el pasado 4 de febrero.

Michael Hernández, director de comunicaciones de Giménez, dijo que el alcalde aún cree que el cambio ayudará al Condado en peticiones futuras de ayuda federal, que Giménez también respalda el cambio de política por otras razones además de las consideraciones financieras, y agregó que Miami-Dade nunca dejó de cooperar con peticiones similares que se le hicieron durante la administración de Obama.

“Me parece que el alcalde piensa de verdad que es lo que se debe hacer”, dijo Hernández. “La inmigración es una responsabilidad federal. Y estamos cumpliendo con las autoridades de inmigración. De hecho, mirando hacia atrás ahora, el alcalde Giménez cree que fue un error haber cambiado la política del condado en diciembre del 2013”.

Fuente: Miami Herald