El primer obispo negro de Cuba es un cura ‘callejero’

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(Miaminews24).- Con una voz grave al otro extremo de la línea telefónica, Silvano Pedroso Montalvo parece no haber salido aún de su asombro una semana después de que el papa Francisco lo nombrara obispo de la diócesis de Guantánamo-Baracoa.

“Estoy sorprendido, jamás me lo hubiera imaginado” dijo el cura.

A punto de cumplir 65 años, Pedroso Montalvo es el primer obispo negro de la iglesia católica en Cuba en toda su historia. “En la Iglesia todos somos hermanos e iguales. Nunca me he sentido superior o inferior a nadie por el color de mi piel, pero entiendo que a muchas personas les puede gustar tener un obispo negro porque la Iglesia es universal”, dice el sacerdote que trabaja en dos de los barrios más humildes y mestizos de la capital cubana: El Cerro y Jesús María.

“Silvano es un hombre auténtico, austero, cercano a la gente, coherente, veraz, y sencillo. Quizá, usando las palabras de Francisco, es un ‘callejero’ que puede ‘mover el piso’ a la comunidad creyente de Cuba”, dice un sacerdote experto en historia de la Iglesia cubana que prefiere mantener el anonimato por que no tiene permiso formal de las autoridades eclesiásticas.

El padre Silvano, como le conocen los feligreses, ha trabajado en el acompañamiento espiritual de los jóvenes que quieren ser sacerdotes. También ha sido párroco en zonas rurales. Es frecuente verlo caminar por las calles de Jesús María y El Cerro además de ayudar en organizaciones solidarias con los necesitados como Cáritas.

Según el experto consultado por el Nuevo Herald, el Papa está intentando renovar el rostro, el estilo y el lenguaje de la Iglesia cubana “con pastores como el obispo de La Habana Juan de la Caridad, el padre Silvano y Manolo de Céspedes, entre otros”.

Tras la aceptación de la renuncia del cardenal de La Habana, Jaime Ortega, la Conferencia Episcopal cubana está en un proceso de transición que algunos expertos consideran que la aleja del poder y la acerca al pueblo.

“Este nombramiento busca subrayar que la Iglesia Católica en la Isla no solo es de blancos, a pesar de que la mayoría de los fieles lo son”, agrega.

Pedroso nació en Cárdenas, Matanzas, el 25 de abril de 1953 y fue bautizado en 1961, en un contexto de ruptura entre la Iglesia cubana, que inicialmente apoyó a Fidel Castro, y la Revolución después de su giro soviético. Se licenció en Geografía en la Universidad de La Habana y ejerció su profesión de 1979 a 1982 en el Instituto de Planificación Física de Las Tunas.

Dagoberto Valdés, laico católico de Pinar del Río, cree que la experiencia laboral de Pedroso, puede ayudarlo mejor a comprender a la Iglesia cubana contemporánea. En la Isla se estima que el 60% de los cubanos está bautizado bajo el rito católico, pero no más del 10% asista a la misa dominical.

“La incorporación al episcopado de hombres que crecieron, se educaron, trabajaron y se hicieron sacerdotes en tiempos de la institucionalización del proceso socialista es una estupenda experiencia para los pastores de la Iglesia”, dice el laico Dagoberto Valdés. “Silvano es un hombre cercano a la gente, misionero y solidario”, agregó.

Para Lenier González, ex editor de una de las más importantes publicaciones católicas de la Isla, Espacio Laical, y actual coordinador de la revista Cuba Posible, el nombramiento de Silvano es una buena noticia porque «coloca de golpe muchas interrogantes encima de la mesa, casi todas relacionadas con los vínculos y el accionar histórico del catolicismo con la población cubana de raza negra”.

Todavía no hay una fecha prevista para su consagración episcopal, que será en La Habana, pero Silvano Pedroso ya conoce bien el trabajo que se realiza en la diócesis que le ha sido asignada. “En Guantánamo la Iglesia ha hecho un trabajo muy bonito en cuanto a la ayuda a los más necesitados, especialmente tras el paso del ciclón”, afirma.

Después del ciclón Matthew, los jóvenes católicos organizaron semanas de ayuda para reconstruir las casas de los damnificados. Cáritas repartió más de 60.000 libras de ayuda proveniente de iglesias cercanas, como la estadounidense.

La diócesis de Guantánamo-Baracoa fue creada por disposición de Juan Pablo II en 1998. Aunque en la ciudad de Guantánamo se encuentra la catedral de Santa Catalina de Ricci, en Baracoa (la primera villa fundada en Cuba tras la llegada de los españoles) se localiza la concatedral en la que se conserva la Cruz de la Parra traída por Colón al Nuevo Mundo.

La sede de la diócesis estaba vacante desde que, el 6 de diciembre de 2016, Wilfredo Pino Estévez, el anterior obispo, fue nombrado para dirigir la diócesis de Camagüey.

Su plan pastoral será seguir la línea de la solidaridad y la promoción humana que estaba implementada en la diócesis. “Trato de acompañar a la gente en su realidad, que a veces es muy dura”, dice.

Pedroso recuerda que quedó impactado el día en que una humilde familia en un pueblo de Guantánamo lo acogió en su casa, brindándole lo mejor que tenían para comer y descansar. “Muchas veces la gente sencilla es la que más se abre a Dios y a su mensaje”, explica.

Con información de ENH.

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