Trump lleva a Helsinki su política contradictoria hacia Rusia

740

(MiamiNews24).-El presidente, Donald Trump, llega a su cumbre del lunes con Vladímir Putin en un clima de confusión debido al contraste entre su discurso conciliador hacia Rusia y las sanciones de su Gobierno a Moscú, y cargado todavía con el peso de la investigación en EEUU sobre la llamada trama rusa.

Después de más de un año de señales contradictorias, la gran pregunta que se hacen muchos observadores es qué tipo de política hacia Rusia pondrá Trump sobre la mesa cuando se siente con Putin el lunes en Helsinki, y si reflejará su retórica amistosa hacia el presidente ruso o la línea dura de sus asesores.

“Si estás en Moscú intentando desentrañar la política de Estados Unidos hacia Rusia, no es tarea fácil”, dijo a Efe el exdiplomático Steven Pifer, un experto en Rusia que trabaja en el centro de estudios Brookings.

La “gran mayoría” de los responsables de la política exterior del país promueven “la línea del aparato del Partido Republicano” hacia Rusia, es decir, la mano dura en lo relativo a Ucrania, Siria y la supuesta injerencia electoral de Moscú, explicó Pifer.

“Esa ha sido la política de los últimos 18 meses, pero no me queda claro que Trump esté de acuerdo con todo ello”, señaló.

“La reticencia del presidente a criticar a Putin, cuando muchas acciones rusas del último año y medio merecen ser criticadas, es algo muy desconcertante y muy difícil de entender”, añadió.

Desde su campaña electoral, Trump ha elogiado numerosas veces a Putin y ha minimizado la posibilidad de que Rusia interfiriera en las elecciones de 2016 para ayudarle a ganar, hasta el punto de desafiar las conclusiones de las agencias de inteligencia.

Trump ha prometido plantear ese tema en Helsinki, pero no parece tener planes de alargar demasiado la conversación si Putin niega cualquier injerencia, como hizo en las dos reuniones previas entre ambos, en julio de 2017 en Alemania y en noviembre en Vietnam.

“Puede que (Putin) lo niegue. Todo lo que puedo decir es ‘¿lo hiciste?’ y ‘no lo hagas otra vez’, pero puede que lo niegue”, dijo Trump en una conferencia de prensa este jueves en Bruselas.

Las agencias de inteligencia estadounidenses temen una posible interferencia rusa en las elecciones legislativas de noviembre, pero Trump no ha aclarado si comparte esa inquietud.

“El presidente habla de este asunto a su manera”, defendió la semana pasada el embajador estadounidense en Moscú, Jon Huntsman.

La incomodidad de Trump en ese ámbito parece deberse a su frustración con la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia electoral rusa, que sigue abierta y que el presidente considera “una caza de brujas” en su contra.

Pero eso no explica del todo otros comentarios de Trump, como su insistencia en que Rusia vuelva al G7, un foro del que fue expulsada en 2014 tras su anexión del territorio ucraniano de Crimea.

Algunos observadores temen incluso que Trump cambie la posición oficial de EEUU respecto a Crimea, dado que durante la cumbre del G7 el mes pasado dijo, según informes de prensa, que la península debería seguir en manos de Moscú porque allí todos hablan ruso.

“¿Qué pasará a partir de ahora con Crimea? No puedo decírselo”, afirmó este jueves Trump, quien insistió en que la culpa de que Rusia invadiera ese territorio fue de su predecesor, Barack Obama.

Detrás del telón de las declaraciones de Trump, su Gobierno ha mantenido la línea dura hacia Rusia iniciada durante los últimos años del mandato de Obama, e incluso “ha ido más allá” a veces, como con “su decisión de proporcionar ayuda militar letal a Ucrania, algo” que el expresidente no hizo por “cautela”, recordó Pifer.

En abril, la Casa Blanca tomó su acción más dura hasta ahora al sancionar a siete oligarcas y 17 funcionarios rusos, entre ellos el yerno de Putin; pero Trump frenó ese mismo mes otra ronda de sanciones relacionadas con Siria que la embajadora ante la ONU, Nikki Haley, había anunciado un día antes.

Y aunque EE.UU. reaccionó al presunto ataque contra el exespía ruso Serguéi Skripal con la expulsión de 60 funcionarios de Rusia, Trump se puso furioso cuando se enteró de que la respuesta de su Gobierno había sido mucho más dura que la de los países europeos.

“Estos incidentes trazan un perfil preocupante de un presidente fuera de sintonía con su propio Gobierno, en vísperas de una cumbre con Putin cuyos objetivos no están claros”, escribió el analista Brian O’Toole, del Atlantic Council, en la web de ese centro.

Fuente:DLA.