Realidad virtual es la tecnología que busca curar el párkinson

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El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica. La segunda más frecuente después del alzhéimer en todo el mundo. Solo en España se diagnostican unos 10.000 nuevos casos cada año, y los expertos señalan que el número de afectados se triplicará a mediados de este siglo debido a factores como el aumento de la esperanza de vida.

A pesar de que su origen todavía se desconoce, se están dando grandes avances en su diagnosis y en las terapias para paliar sus efectos. Avances en los que juega un papel fundamental la tecnología.

Algoritmos para mejorar su detección

Ya no es una sorpresa para nadie que nuestros móviles sepan más sobre nosotros que nosotros mismos. Partiendo de esta premisa, el proyecto de investigación Bio-Guard está desarrollando aplicaciones biométricas capaces de detectar comportamientos neuromotores anormales.

Y es que la forma en la que sujetamos los teléfonos móviles, tecleamos o presionamos la pantalla puede dar mucha información sobre nuestras capacidades psicomotoras. El acceso a estos datos puede hacer saltar las alarmas y ayudar a la detección temprana de enfermedades.

La biometría se hace hueco en las soluciones de tecnología para curar el cáncer.

Bio-Guard es un proyecto llevado a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid. Su trabajo busca crear una serie de algoritmos que ofrezcan información biométrica para usos médicos. Y así mejorar la tecnología para curar el párkinson (y otras enfermedades) partiendo de lo más básico: su detección.

Afrontar el párkinson con realidad virtual

Diferentes proyectos de investigación están estudiando el potencial de la realidad virtual para tratar pacientes con párkinson. Su objetivo es analizar su efectividad a la hora de mejorar sus capacidades motoras y de cognición (y por tanto su calidad de vida). Analizan, también, hasta qué punto estos tratamientos son más efectivos que otros convencionales como la fisioterapia.

Uno de estos proyectos se ha llevado a cabo en España de la mano de la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad Rey Juan Carlos y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su estudio se basa en un videojuego de realidad virtual desarrollado por el propio CSIC. En él los pacientes deben realizar diferentes acciones mediante sus ondas cerebrales (que se detectan gracias a un casco con electrodos).

El objetivo es doble: por un lado, estimular la capacidad de movimiento de los pacientes y ejercitar así su cerebro. Por el otro, permitir a doctores e investigadores analizar su actividad neuronal, que queda registrada gracias al casco.

Estimular el cerebro con realidad virtual puede dar información sobre su funcionamiento.

Tras las sesiones de realidad virtual se realizan métodos de control para estudiar sus efectos, como por ejemplo resonancias magnéticas. Aunque no todos los pacientes reaccionan igual, sí se ha constatado una mejora en muchos de ellos. Pero por lo general, doctores y pacientes coinciden: para poder ver un beneficio real el tratamiento debe ser continuado, y no limitarse a las ocho sesiones por paciente en las que se basa este estudio.

Avances en neuromodulación

“Wand” es el nombre que científicos de la Universidad de California han dado a un dispositivo inalámbrico de neuromodulación cerebral. Es decir, un dispositivo que permite tratar trastornos neurológicos al generar estímulos eléctricos en zonas específicas del cerebro. A su vez, Wand puede registrar y monitorear la actividad cerebral en tiempo real. En total, la actividad de hasta 128 puntos al mismo tiempo.

Otro de los logros de esta tecnología es que puede diferenciar de forma precisa entre los estímulos que quiere registrar y el resto (el llamado “ruido” cerebral). Es una de las características que diferencian este dispositivo de otros utilizados hasta el momento.

Hasta el momento, Wand solo ha sido probado en primates. Sin embargo, su objetivo final es el de tratar trastornos neurológicos como el párkinson. Los propios investigadores afirman que supone un gran avance en la rama de la investigación neurocientífica y la propia Federación Española de Párkinson se hace eco de la noticia.

Otra forma de prevención de riesgos

Una de las principales amenazas a las que se enfrentan los enfermos de párkinson es la de las caídas. No solo por el peligro físico que suponen, sino también por la sensación de vulnerabilidad y miedo que les genera. Para aliviar esta carga, diferentes proyectos estudian la creación de gadgets que informan a los servicios sanitarios en caso de caída.

Mejorar una tecnología que facilite la asistencia en caso de accidentes también es fundamental.

Un ejemplo es el desarrollado por ingenieros de la Universidad de Sevilla. Este no está dirigido a enfermos de párkinson en particular, sino a todo tipo de personas (sobre todo ancianos) en situación de riesgo.

A día de hoy no se dispone de un tratamiento curativo definitivo para el párkinson. Existe medicación para recuperar el contenido de dopamina en el cerebro (su pérdida es la que impide a los enfermos de párkinson realizar movimientos con normalidad) y tratamientos quirúrgicos para cuando los farmacológicos no dan resultados. Otras opciones son la fisioterapia, la logopedia o la psicología.

Dado que no existe una cura definitiva, todos ellos se centran, en gran parte, en mejorar la calidad de vida de los pacientes. Un objetivo para el que cuentan con la tecnología como aliado.

 

 

Cortesía:nobbot