La madrugada de este miércoles, Kelly Gissendaner, se convirtió en la primera mujer ejecutada en la cárcel del estado de Georgia desde el año 1945, tras haber recibido la máxima condena por el asesinato de su esposo, Douglas Gissendaner, ocurrida en febrero de 1997.
Pese a la petición del Papa Francísco, quien durante su gira por el país abogó por Gissendaner y la eliminación de la pena de muerte, la mujer fue ejecutada con una inyección letal pasada la media noche del miércoles en la prisión estatal de la ciudad de Jackson.
Gissendaner de 47 años, no logró recibir la petición de clemencia que introdujeron diversas organizaciones, el sumo pontífice, e incluso sus hijos quienes la habían perdonado, y aseguraban que el comportamiento de su madre había cambiado desde que ésta se unió a la fe cristiana estando en prisión.
Sin embargo, la petición de conmutar la sentencia fue rechazada en todas las ocasiones por la Corte Suprema de Estados Unidos y la Corte Suprema Estatal de Georgia.
Si bien el crimen fue cometido por su amante Gregory Owen, quien apuñaló a la víctima hasta la muerte, Gissendaner fue condenada al castigo máximo luego que Owen testificara en su contra, mientras que el autor material recibió condena de cadena perpetua, pudiendo solicitar el beneficio de libertad condicional para el año 2022.
Con información de BBC Mundo.