Cómo afrontar la Navidad cuando falta un ser querido

1142

(Miaminews24).- Se acerca la Navidad y parece que todo invita a la alegría: las luces y la música en las calles, los adornos navideños, las montañas de regalos, el fervor de las compras… Pero para las personas en duelo suele tratarse de un tiempo difícil, en que el júbilo que reina en el entorno choca con el dolor que sienten en su interior.

 «Me siento fuera de lugar. Todo el mundo parece tan contento, y para mí es como si el tiempo se hubiera parado. Es una sensación extraña que me hace sentir muy mal. No conecto con lo que sucede a mi alrededor», decía Ana.

En estas fiestas afloran emociones difíciles: añoranza, tristeza, angustia, enfado, temor… Al ser tiempo de encuentros familiares, de sentarse alrededor de la mesa y celebrar juntos, se hace aún más palpable y doloroso el vacío de la persona que ya no está.

Una huida para un momento difícil

Ante el reto que supone afrontar la Navidad en estas circunstancias algunas familias deciden anular las fiestas. Es tanto el sufrimiento de imaginarse juntos, en el mismo lugar, haciendo lo mismo pero ahora sin su ser querido, que prefieren no celebrar nada. Lo viven pues como si fuera un día más, o incluso marchan lejos, a otro lugar. A veces esta huida es una manera de soportar un momento tan difícil, aunque la pena siga presente, allá dónde se esté, tanto si se vive unidos o cada uno por su lado.

Otras familias, en cambio, optan por hacer lo mismo de cada año en un intento de seguir hacia adelante. En ocasiones, se procura no hablar de la persona y evitar emocionarse. Pero, ¡qué difícil es aguantar el llanto y el nudo en la garganta! Para algunas personas esto supone un esfuerzo titánico, otras terminan llorando a solas en algún rincón de la casa.

Las fiestas ya no serán las mismas

Alba Payàs, psicoterapeuta y directora del Instituto IPIR de formación y atención al duelo y a las pérdidas, nos habla de otra alternativa: crear una Navidad diferente. Las fiestas ya no serán las mismas sin esa persona, pero la familia puede intentar afrontar unida esta nueva situación.

Una de las recomendaciones es realizar una reunión familiar para decidir conjuntamente cómo celebrar las navidades. El mero hecho de encontrarse y hablar abiertamente de que van a ser unas fiestas difíciles ayuda a abrir una comunicación sincera. Es importante que intervengan todos, incluidos los ancianos, los niños y los adolescentes, y que se dé permiso para expresar los sentimientos.

De este modo es posible pensar y pactar cómo y dónde se van a organizar las celebraciones, qué rituales se van a mantener y cuáles no. Tener cierta planificación ayuda, así como cuidar de no exigirse mucho en un momento tan delicado.

Gestionar los tiemposCada familia tendrá su forma de afrontar esa Navidad diferente, y las que vendrán. Nada está bien ni mal

A pesar del temor que provoca conectar con el dolor, dedicar un espacio o un tiempo a la persona que ha fallecido crea una intimidad especial. Hay familias que deciden detenerse un momento antes de la comida para recordar a la persona o dedicarle un brindis, algunas disponen una foto en un lugar visible o encienden una vela en su honor. Los niños, por su parte, nos pueden ayudar mucho a pensar formas creativas de tener presente a los que faltan y su participación resulta beneficiosa para todos.

Cada familia tendrá su forma de afrontar esa Navidad diferente, y las que vendrán. Nada está bien ni mal. Pero es importante saber que compartir por un momento el dolor ayuda a aflojar muros y tensiones, y permite estar después verdaderamente juntos sin tener que aislarse ni fingir. Puede haber un tiempo para conectar con las emociones, y otro para distraerse y simplemente dejarse arropar por la fuerza de estar unidos.

Fuente: Miamidiario/Agencias