(Miaminews24).- Yo como millones de venezolanos apoyé la revolución Bolivariana que dirigió el presidente Hugo Chávez, lo hice basado en los principios humanistas que me inculcaron mis padres desde muy joven. Apoyé las distintas misiones de inclusión social, que ayudaron a gran parte de la población, a los mismos que fueron excluidos por más de 40 años por gobiernos adecos y copeyanos.
Durante estos últimos 18 años la Revolución Bolivariana gozó de la bonanza petrolera más alta conocida en nuestra historia reciente, pero no se aprovechó, más allá de los programas sociales y asistenciales, en utilizar los recursos petroleros para desarrollar otros sectores importantes de nuestra economía, como diría el ilustre Arturo Uslar Pietri: “sembremos el petróleo”… Cambiar un modelo agotado rentista petrolero, por uno más diversificado y productivo, pero ese cambio anhelado nunca llegó. La Revolución dentro de la Revolución, nunca llegó.
La economía está colapsada, el aparato productivo nacional casi inexistente, esto produce escasez de alimentos y medicinas, y la soberanía nacional está en peligro, porque se importa casi todo lo que se consume, y la inflación galopante devora los modestos aumentos salariales.
Me da tristeza ver a miles de jóvenes emigrar a otros países buscando un mejor futuro, para evitar ser una estadística más a manos del hampa común. Y aquellos que deciden quedarse y protestar en contra del gobierno se les reprime excesivamente, o se les encarcela o mueren por su sueño de vivir en un mejor país. Al parecer ahora en Venezuela es un delito pensar diferente.
Pero los actuales líderes, han mostrado su incapacidad para un diálogo sincero que garantice un cambio dentro de la constitución. La mejor manera de garantizar la paz del país y que cese la violencia y la represión del gobierno es que el Consejo Nacional Electoral anuncie un cronograma electoral que incluya las elecciones de gobernadores y alcaldes, cuyos periodos constitucionalmente están vencidos desde el 2016.
La actual constitución, es la más amplia e inclusiva del continente, lo que se necesita es que el Ejecutivo Nacional cumpla la constitución, y que haya una real y verdadera separación de los distintos poderes públicos.
Estoy convencido que al presidente Nicolás Maduro y al mismo Diosdado Cabello (God Given Hair) el país les quedó grande, y la corrupción está fuera de control, y deben salir del poder por la vía de los votos en diciembre del 2017. Como dijo Simón Bolívar: “Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos, es digno de ellos”.
No apoyo otra vía fuera de la constitución, porque nos puede llevar a niveles más altos de violencia que puede desencadenar en una guerra civil, o insurgencia armada como sucedió en Centro América y en nuestra vecina Colombia.
Soy parte de la mayoría que no se ve identificada ni con el Gobierno, ni con la oposición, y me sumo a ese movimiento social del pueblo mismo, que exige cambio, que exige desarrollo, que exige bienestar, que exige paz y que necesita de un nuevo liderazgo para dirigir la nación en un gobierno pos Maduro, Cabello y todo su entorno.
Fuente: atodomomento.com
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