Tres bebés sobrevientes al huracán María fueron operados del corazón en Miami

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(Miaminews24).- Tres de los sobrevivientes puertorriqueños más pequeños y frágiles pasaron lo peor del huracán María y resistieron en un hospital hasta que las ventanas de la instalación quedaron destruidas, el agua inundó salas, pisos y pasillos y el servicio eléctrico se vio interrumpido.

Fue lo que vino después del impacto de huracán lo que casi les cuesta la vida.

Y también, afortunadamente, lo que los puso en contacto con una red de profesionales que se encargó de rescatar a los tres recién nacidos de la destrucción que vive la isla, y traerlos al Nicklaus Children’s Hospital, donde fueron operados de emergencia del corazón menos de 48 horas después de la llegada del huracán a Puerto Rico.

Sin las cirugías, Amelia Pieve Silvagnoli, Gabriellyz Troche Ruiz y Liam Javi Nieves hubieran muerto de los defectos en el corazón con que nacieron, dijeron los médicos.
La cirujana cardiovascular Dra. Kristine Guleserian examina a uno de los bebés que fueron evacuados de Puerto Rico para ser operados de emergencia en el Nicklaus Children’s Hospital en Miami.
C.M. GUERRERO. cmguerrero@elnuevoherald.com

Los niños son algunos de las decenas de puertorriqueños que han llegado al sur de la Florida para recibir tratamiento médico tras la devastación que dejó el huracán María, que destruyó el sistema de atención médica de la isla.

Unos 90 pacientes que tuvieron que ser evacuados de Puerto Rico y las Islas Vírgenes están recibiendo tratamientos de diálisis en el centro médico de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), en el Condado Miami-Dade, bajo un programa de respuesta y recuperación tras la tormenta que coordina el Departamento de Salud de la Florida.

Entre los pacientes que había más urgencia en evacuar de Puerto Rico se encontraban los tres pequeños con defectos cardíacos congénitos, que habían nacido en agosto y septiembre.

“Son los seres más débiles y vulnerables que afectó este huracán”, dijo el lunes el Dr. Redmond Burke, jefe de cirugía cardiovascular del Nicklaus Children’s Hospital. “Estamos determinados a ayudarlos”.

Antes de que el huracán María azotara a Puerto Rico el pasado 20 de septiembre, los recién nacidos fueron llevados al Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe en San Juan, instalación que se especializa en complejas operaciones de corazón en niños.

Pero la tormenta acabó con la electricidad en todos los hospitales de la isla, y el Centro Cardiovascular terminó siendo uno de los más dañados. Después que las ventanas estallaron en pedazos, los pisos se inundaron y el banco de sangre quedó inutilizado, el centro tuvo que evacuar a sus pacientes más vulnerables, entre ellos Amelia, Gabriellyz y Liam.

Sin poder operar a los bebés, los médicos en Puerto Rico podían mantener vivos a los niños solo durante algunos días, con la ayuda de ventiladores y un medicamento intravenoso que evita que la sangre fluya del corazón a los pulmones.

Desesperado por poder ayudar, uno de los médicos del Centro Cardiovascular condujo hasta una autopista y encontró que allí había servicio de teléfono celular. De inmediato llamó a una ex estudiante que trabaja como médico en Miami, la Dra. Darline Santana-Acosta, pediatra cardíaca intensivista del Nicklaus Children’s Hospital.

Santana-Acosta dijo que los ejecutivos del hospital y el personal médico querían ayudar lo más pronto posible, pero la logística era desalentadora.

“Teníamos muchos obstáculos en el camino”, dijo Santana-Acosta, a la hora de describir las dificultades para organizar vuelos de emergencia al aeropuerto de San Juan después de la tormenta y tratar de comunicarse desde Miami con personal médico en la isla.

Como transporte, el hospital Nicklaus buscó la asistencia de LifeFlight program, un servicio aéreo de ambulancias que utiliza aviones que cuentan con avanzados equipos y que se encargan de transportar niños de diferentes centros de la Florida, el Caribe, y Central y Sudamérica a Miami para prestarles atención médica de urgencia.

“Son básicamente una suerte de útero volante”, dijo Burke, el cirujano cardiovascular, al hablar de los aviones.

Santana-Acosta se puso en contacto con su familia en la isla para enviar mensajes de los médicos puertorriqueños al equipo de especialistas que esperaban la llegada de los niños en el hospital Nicklaus.

Pero había también otro problema:

Los padres de los niños tenían que firmar los documentos de consentimiento donde se permitiera su evacuación a Miami, y de nuevo el huracán María transformó una tarea rutinaria en un reto monumental.

Ninguno de los padres se había quedado con sus hijos en el Centro Cardiovascular de San Juan, y por lo menos dos habían sido evacuados a ciudades que quedaban a horas de distancia de la capital, siempre que las carreteras estuvieran transitables.

Brian Nieves, que vive en Aguadilla, en la costa noroeste de Puerto Rico tuvo que usar un machete durante dos días para poder abrirse camino a través de arbustos, malezas y árboles caídos para llegar a San Juan y firmar la orden de consentimiento para que Liam pudiera ser llevado a Miami, dijo Naialee Pérez, la madre del niño.

Por su parte, José y Cheira Ruiz, los padres de Gabriellyz, estaban refugiados en una casa ubicada en la localidad de Guanica, a unas dos horas en automóvil de San Juan. Cheira Ruiz dijo que se moría de preocupación pensando cómo estaría su bebé después que María destruyó toda comunicación de Guanica con el resto de la isla.

Cheira Ruiz y José Alberto Troche se acercan a su hija Gabriellyz Troche Ruiz en el Nicklaus Children’s Hospital.
C.M. GUERRERO. cmguerrero@elnuevoherald.com

El matrimonio Ruiz pudo saber algo de Gabriellyz, gracias a trabajadores de la Defensa Civil de Puerto Rico, que los fueron a buscar luego que el Centro Cardiovascular hizo una llamada a través de estaciones de radio locales, donde pidió ayuda para encontrar a los padres de Gabriellyz.

Los esposos Ruiz volaron a Miami con Garbiellyz el 24 de septiembre, pero tuvieron que dejar a su hijo de 10 años, Derek, en Puerto Rico con familiares, con quienes no se han podido comunicar.

Una vez que los niños llegaron a Miami, un equipo de especialistas los esperaba en Nicklaus Children’s Hospital. Los médicos tenían primero que evaluar a los pequeños para cerciorarse de que se trataba del diagnóstico correcto, dijo la Dra. Kristine Guleserian, cirujana cardiovascular que operó a Liam.

“Había que actuar con rapidez”, dijo, “y realizar la operación que era necesaria”.

En total, los cirujanos del Nicklaus trabajaron 20 horas en las cirugías de los tres niños, que en la actualidad se recuperan satisfactoriamente. Se cree que debido a los problemas que tienen en el corazón deberán ser operados nuevamente en el futuro.

“El diagnóstico de estos niños es bueno”, dijo Burke. “Estos pequeños podrán tener una buena vida”.

Además del enorme esfuerzo que hicieron tantas personas en Miami y San Juan para salvar las vidas de los tres niños, Burke dijo que, sin embargo, quiere que la población de Puerto Rico sepa que el rescate también se hizo a nombre de ellos; a nombre de los que continúan en la isla sin agua corriente, electricidad, servicio telefónico y otras comodidades.

“Para toda la gente en Puerto Rico que escuchó estas historias” dijo, “es un destello de esperanza”.

Christine Silvagnoli y Antonio Pieve observan felices a su hija Amelia Pieve Silvagnoli, en el Nicklaus Children’s Hospital, el lunes 2 de octubre de 2017. La bebé fue evacuada de emergencia de Puerto Rico tras el devastador impacto del huracán María, para ser operada del corazón en Miami. C.M. GUERRERO. cmguerrero@elnuevoherald.com

Por: Daniel Chang/ Miami Herald