El mejor momento para tener un buen cuerpo haciendo ejercicio.

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A quien madruga, el deporte ayuda. Ésta es, al menos, la teoría que sostiene un grupo de investigación liderado por Erik Willis, profesor de la Universidad de Kansas (Estados Unidos). En un estudio publicado en ‘The International Journal of Obesity’, el pasado mes de julio.

Durante más de una década, Willis, sus colegas de Departamento y otros expertos de la Universidad de Colorado (Denver) así como de diferentes instituciones estadounidenses relacionadas con la promoción de hábitos saludables analizaron cómo influye en el peso la realización de ejercicio físico de una forma regular y supervisada por profesionales en la materia.

¿En qué consistió su estudio? Escogieron a cerca de 100 individuos -hombres y mujeres- con sobrepeso que no practicaban ningún tipo de actividad física y los pusieron a entrenar cinco días a la semana hasta alcanzar el objetivo de quemar 600 calorías por sesión.

En los primeros 10 meses, todos los participantes en la investigación habían conseguido bajar de peso pero la pérdida de kilos variaba entre unos y otros a pesar de que todos habían realizado las mismas rutinas. Todos ellos entrenaban en una franja horaria que abarcaba entre las 7 de la mañana y de la tarde y habían sido monitorizados para controlar su ingesta de calorías y su actividad física cotidiana.

MENOS APETITO

Tras cruzar los datos de pérdida de peso con los de los horarios de las rutinas de ejercicio, Willis y sus colegas observaron que aquellos sujetos que entrenaban antes de las 15 horas habían adelgazado más que los que lo hacían a partir de esa hora. Es más, los primeros también tenían menos apetito: consumían una media de 100 calorías menos que los segundos.

Con esa información, el doctor Willis sostiene que, efectivamente, «el momento del día en el que se hacer ejercicio puede desempeñar un papel crucial en la pérdida de peso». Para aquellos que piensen en utilizar sus conclusiones como argumento para no despegar el trasero de la silla, aclara que esta investigación «no sostiene que no merezca hacer deporte si no puede realizarse a primera hora del día porque cualquier ejercicio, a cualquier hora, siempre será beneficioso para la salud».

Por El Mundo