El St. Pauli y un saludo militar con consecuencias

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Mientras en Italia se debate estos días sobre la conveniencia o no del saludo militar de jugadores como Cengiz Under (Roma), Merih Demiral (Juventus) o Hakan Calhanoglu (Milan) realizado el pasado viernes contra Albania coincidiendo con la ofensiva militar de Turquía sobre el pueblo kurdo, en Alemania existe un club de culto que ha decidido posicionarse.

Ni siquiera cuenta con ningún integrante de la selección otomana en su plantilla, pero el mero apoyo de Cenk Sahin al polémico gesto de sus compatriotas le ha salido caro. El Sankt Pauli ha apartado al jugador porque considera que su opinión no es “compatible” con los “valores” del club. Su contrato sigue vigente, pero después de discutirlo internamente durante el fin de semana creen adecuado que no juegue ni se entrene con el equipo.

Identificado con políticas de izquierda, el St. Pauli considera que la opinión de su jugador no es “compatible” con sus valores

Después de que Turquía lograra el triunfo por la mínima en ese partido, Sahin compartió una imagen en Instagram –luego borrada– de sus compañeros de profesión haciendo el polémico gesto. “Estamos al lado de nuestros militares heroicos y de nuestro ejército. ¡Estáis presentes en nuestras plegarias!”, escribió el jugador de 25 años.

El St. Pauli, de la segunda división alemana, es conocido por identificarse con ideas políticas de izquierda y rechazar el fascismo. También mantiene un fuerte vínculo comunitario con su afición, comprometida con las minorías sociales y étnicas. Haber contado en sus filas con Deniz Naki en el pasado reciente ha pesado mucho a la hora de tomar esta medida.

Cenk Sahin, en un partido con la camiseta del St. Pauli
Cenk Sahin, en un partido con la camiseta del St. Pauli (Agencias)

Nacido en la región alemana de Renania hace 30 años, este futbolista de origen kurdo fue un habitual en las categorías inferiores de la Mannschaft. No llegó a la élite, pero sí se convirtió en profesional. En el St. Pauli pasó tres años maravillosos. Tras un breve pase por el Paderborn, decidió marcharse a Turquía a pesar de las hostilidades a las que tendría que enfrentarse en la república de Erdogan.

Comprometido con la causa kurda, la defensa de su pueblo le costó una sanción de 12 partidos cuando jugaba en el Amed SK de Diyarbakir, principal ciudad del Kurdistán turco. Más tarde fue condenado a 18 meses de libertad condicional, acusado de propaganda terrorista para el proscrito PKK. Quedó absuelto. También en Alemania estuvo en el punto de mira. Le dispararon cuando circulaba con su coche por la carretera. Salió ileso.

Sahin compartió una imagen a través de las redes sociales de sus compatriotas en la selección turca realizando el saludo militar

Kurdistán es considerada la nación sin estado más grande del mundo, con cerca de 40 millones de personas esparcidas principalmente entre Irak, Siria, Irán y Turquía, en su mayoría. En menos de una semana se estima que unas 275.000 personas se han visto forzadas a desplazarse en la frontera con Siria. El lunes por la noche, cuando Turquía empató ante Francia en casa de la campeona del mundo, volvieron a repetirse los saludos militares. Sahin, sin ya nada que esconder, lo aprovechó para volver a compartir esa nueva estampa llenándola de banderas turcas.

Fuente: lavanguardia.com