Redescubren cementerio de afroamericanos oculto por 70 años

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Luego de que el martes localizaran algunas lápidas en el lago Twitt, en la localidad floridana de Odessa, los buzos continuaban buscando un cementerio de afroamericanos olvidado desde hace 70 años.

Keystone Memorial Park fue uno de esos cementerios donde los afroamericanos de Florida podían ser enterrados, por 70 años desapareció. Hasta este martes, cuando entre los 130 acres (52 hectáreas) que hoy conforman la granja Bay Tree los buzos extrajeron dos identificadores de tumbas intactos y otras piezas  que estaban sumergidas en el lago Twitt.

La búsqueda de tumbas, sin fecha todavía programada y que se realizará con un radar de penetración de suelo, será dirigida por la connotada arqueóloga de la Universidad del Sur de la Florida (USF), Erin Kimm.

En la ciudad de Tampa, situada al igual que Odessa en el centro oeste de Florida, en 2019 descubrieron varios cementerios perdidos como el College Hill, un lugar de descanso para cubanos y afroamericanos. Incluso, encima de uno de estos camposantos habían construido viviendas de protección oficial.

70 años perdidos

Una anciana de 90 años, Curtiss Wilson, dijo al medio local 10 News que el cementerio desapareció entre 1930 y principios de la década de 1940.  «Lo recuerdo como si fuera ayer», dijo Wilson sobre un funeral de un ser querido al que recuerda haber asistido cuando tenía solo 9 años».

Los certificados de defunción y un documento de la década de 1940 del Departamento de Asuntos Militares de Florida verican su existencia, pero el camposanto hasta el martes no se encontraba en ninguna parte.

Wilson aclaró que la propiedad fue utilizada por una iglesia cercana, la Mount Pleasant AME.  «La mayoría de nuestros seres queridos fueron enterrados en las iglesias porque teníamos muy pocos cementerios que permitían enterrar a los negros en ellos», sostuvo la anciana.

La propietaria compró el terreno en 1981 y luego escuchó que podría haber un cementerio en sus predios. También supo que las fraternidades de una universidad cercana solían enviar promesas al lago por la noche.

La dueña de Bay Tree Farm, Carolyn Wilson, que no tiene ninguna relación con Curtiss Wilson, se entristeció al ver emerger a los buzos con los identicadores temporales de las tumbas, unos bloques de hormigón en los que fueron grabados los nombres de personas cuyas familias no podían pagar un «mejor» entierro.

Fue un historiador aficionado, Brian Boyle, de Odessa, quien puso en contacto a Carolyn Wilson con el equipo de buceo del sheriff condado del Hillsborough.

Fuente: miamidiario.com