Horas antes de que la prohibición de los desalojos residenciales expirara el lunes pasado a la medianoche, el gobernador Ron DeSantis extendió la moratoria por otros 30 días.
La moratoria se aplica a las personas que no pueden pagar el alquiler o la hipoteca.
No se aplica a inquilinos comerciales, y nunca lo ha hecho.
La prohibición ahora expirará a las 12:01 am del miércoles 1 de julio.
Es poco probable que el gobernador DeSantis otorgue otra extensión, aunque debería considerar hacerlo al menos hasta el 25 de julio, cuando expire una moratoria federal similar.
La Ley CARES protege a las personas en viviendas aseguradas por hipotecas respaldadas por el gobierno federal, aproximadamente un tercio de todas las hipotecas.
Con la economía que se apaga del cierre del coronavirus, el gobernador está en una situación difícil.
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El gobernador DeSantis espera poder solventar la economía pronto.
Está equilibrando los gritos de los floridanos desempleados que no pueden pagar su renta o hipoteca con los gritos de los propietarios y prestamistas que no pueden pagar sus cuentas porque los inquilinos no pagan las suyas.
Pero con los reclamos de desempleo que muestran que la tasa de desempleo de Florida rebota hasta un 25 por ciento, la peor desde la Gran Depresión.
DeSantis sabe que ahora no es el momento de poner a las familias en las aceras con sus pertenencias.
No es que millones de floridanos hayan quedado voluntariamente desempleados y se nieguen a pagar el alquiler o la hipoteca.
Es porque hicieron lo que se les dijo.
Obedecieron una orden estatal de refugio en el lugar para frenar la propagación del coronavirus y evitar que los hospitales se abrumaran.
Y aunque las cosas han mejorado, los continuos problemas con el sistema de compensación de desempleo del estado han dejado a muchas personas sin el dinero que les corresponde para ayudarles a pagar sus cuentas.