Afganistán ha sufrido esta madrugada el peor terremoto de los últimos veinte años, con un balance de alrededor de un millar de muertos y más de mil quinientos heridos; principalmente en la provincia oriental de Paktika.
El sismo, de una magnitud de 6,1 grados, golpeó el este de Afganistán hacia la 1:30 de la madrugada; en una sacudida que pudo sentirse también en Kabul o en la frontera pakistaní. Al cabo de muy poco tiempo, la tierra volvió a temblar con una réplica de 4,5 grados.
Terremoto de magnitud 6,1 en Afganistán afectó varias ciudades y deja mil muertos
Los distritos de Barmala, Ziruk, Naka y Gayan, todos ellos en Paktika, fueron los más afectados por el sismo; aunque también se registraron decenas de víctimas en las provincias vecinas de Khost y Nangarhar e incluso un muerto en el lado pakistaní; producto del desplome de una vivienda.
Según la agencia oficial Bakhtar, al menos 90 casas han quedado destruidas en Paktika y se cree que decenas de personas quedaron atrapadas bajo los escombros.
Pese a los medios muy limitados del autodenominado Emirato Islámico de Afganistán, los talibanes habrían conseguido fletar algunos helicópteros y evacuar un número determinado de heridos.
La información, en cualquier caso, es todavía muy escasa sobre el alcance de la tragedia y se teme que el número de fallecidos sea mucho mayor, en una área extensa, rural y mal comunicada.
Los fallecidos a causa del sismo ascienden a mil
“Decenas de casas han sido destruidas», ha tuiteado un portavoz talibán, Bilal Karimi. “Instamos a todas las agencias de ayuda a enviar equipos de inmediato para evitar una mayor catástrofe”, ha añadido.
La cordillera del Hindu Kush, entre Afganistán y Pakistán, es producto de un choque de placas tectónicas y ha sido pródiga en temblores.
El más grave de los últimos tiempos, sin embargo, respetó a Afganistán y se cebó en la Cachemira bajo tutela pakistaní, en 2005, dejando entre 55.000 y 75.000 muertos. En lo que va de siglo, el peor terremoto en Afganistán fue el que, en 2002; dejo un millar de muertos, cuatro años después de que 45.000 afganos fallecieran en un sismo de magnitud idéntica al de hoy; pero que afectó a áreas más densamente pobladas.
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Según la agencia sismológica europea, EMSC, los temblores se han notado en un radio de más de 500 kilómetros, entre Afganistán, Pakistán e India.
Los talibanes, que conquistaron Kabul el verano pasado, siguen sin conseguir el reconocimiento internacional; lastrado por su conservadurismo religioso y su discriminación de la mujer.
Dura situación en Afganistán por miles de muertos en terremoto y crítico estado económico
El ejército de funcionarios afganos, que no cobraba desde antes incluso del cambio de régimen; han visto como su situación financiera se agravaba, por la incompetencia económica y administrativa de los talibanes; así como por el cierre del flujo de ayuda financiera internacional.
Sin olvidar el expolio de esta última, durante dos décadas, por parte de una élite afgana que ha invertido su botín en propiedades en Emiratos, Turquía y otros países. Asimismo, Washington se niega a desbloquear los fondos afganos; varios miles de millones de dólares, depositados en bancos estadounidenses.
Otro hecho preocupante para los talibanes es el tormentoso cambio político en Islamabad, donde, tras la defenestración de Imran Jan; tanto el nuevo gobierno de Shahbaz Sharif como, sobre todo, el todopoderoso ejército de Pakistán; han atisbado una oportunidad de mejorar sus relaciones con Estados Unidos a cuenta de la sintonía entre Nueva Delhi y Moscú; resaltada tras la invasión rusa de Ucrania.
Aunque los afganos disfrutan de su primer año sin guerra en varias décadas, los dividendos de la paz se hacen esperar y varias agencias internacionales advierten del riesgo acusado de hambruna.
Posible alianza entre China y los talibanes
Sin duda, los talibanes intentarán utilizar el actual desastre para intentar atraer de nuevo a algunas de las ONG que optaron por cerrar sus oficinas y sus actividades en el campo educativo o sanitario, en un modelo que se ha demostrado insostenible a largo plazo.
Mientras el régimen talibán bascula hacia la órbita de China -uno de los pocos países que nunca llegó a cerrar su embajada- empiezan a aparecer algunas iniciativas con el objeto de abrir juego. India ha enviado, a principios de mes, su primera delegación oficial desde la caída de Kabul. Uzbekistán ha puesto sobre la mesa la construcción de un ferrocarril que una a Pakistán y Afganistán con Asia Central. Treinta y ocho millones de afganos tienen hambre de buenas noticias.
Con información de | LA Vanguardia
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