En rueda de prensa ofrecida este lunes, el gobernador de Florida, Ron DeSantis anunció la visita este martes del presidente Donald Trump para la inauguración de las actividades del nuevo centro de detención para inmigrantes ubicado en los Everglades, conocido como “Alligator Alcatraz”, como parte de las acciones que la administración Trump está tomando para combatir la migración ilegal, una situación propiciada por la izquierda demócrata, encabezada por la fallida gestión del expresidente Joe Biden y Kamala Harris, y que llevó a la entrada a los Estados Unidos de millones de personas provenientes de diversos países, todos violando -antes la vista gorda de las autoridades- las leyes migratorias norteamericanas.
Este centro de reclusión, construido en apenas una semana, con una capacidad inmediata para 1000 camas y con 5000 en su próxima etapa, está ubicado en una zona que, de forma natural, lo convierte en una fortaleza de la que es casi imposible escapar, ya que está rodeado por caimanes, serpientes pitón y otras especies animales de alto peligro. Si la vieja prisión de Alcatraz era un reto para aquellos que pretendían escapar, ésta sin duda la supera.

Por supuesto que las polémicas, críticas y hasta protestas no han faltado; desde grupos ambientalistas hasta defensores de los DD.HH. Pero todos parecen obviar la verdad tras el velo mediático liberal: la migración ilegal con la que el presidente Trump se ha encontrado es un problema de magnitudes mucho más que enormes y que ha requerido de mano firme y acciones claras y precisas para minimizarlo y mantener el cumplimiento de las leyes.
Es fácil olvidar el desastre
La administración Biden cometió uno de los errores -¿acaso planificados- más grandes de los últimos tiempos, al abrir las fronteras, sin distingo a quiénes entraban a EE.UU. Es bueno recordar las muchas oportunidades en que la otrora vicepresidente y luego candidata presidencial, Kamala Harris, hacía caso omiso a las preguntas de la prensa (en las pocas oportunidades en que se atrevía a concederlas) sobre la situación fronteriza. Incluso era un chiste vox populi si acaso ella había visitado las diversas zonas de la frontera. Para esta pregunta casi nunca tuvo una respuesta contundente. Bueno, realmente para casi ninguna pregunta tuvo respuestas contundentes. De ahí que la política absurda de apertura trajo como consecuencia la llegada de grupos criminales de países como México, Venezuela y otros, para establecerse y crear caos en Norteamérica.
Con la llegada del presidente Trump a la Casa Blanca, y ante este escenario, las decisiones a tomar en el caso migratorio han sido tan fuertes como necesarias para mantener l principio de la legalidad.

Y en este sentido, el gobernador DeSantis y el estado de la Florida, está realizando su mejor esfuerzo y prueba de esto es “Alligator Alcatraz”, un centro de detención necesario, en una zona donde la seguridad máxima no es impuesta por los hombres… sino por la propia naturaleza.
Por Carlos Flores
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