Ataques rusos en Ucrania causaron al menos 25 muertes, incluidos civiles y prisioneros, y más de 50 heridos este martes. Entre las víctimas, se encontraba una mujer embarazada de 23 años.
El ataque afectó especialmente a un centro penitenciario en Zaporiyia, en el sur del país, donde murieron 16 personas y otras 43 resultaron heridas. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó este bombardeo como un «ataque deliberado» contra civiles, mientras que el Kremlin negó haber atacado objetivos civiles, insistiendo en que sus ataques son contra infraestructuras militares.
Este bombardeo se produjo justo después de que Estados Unidos presionara a Rusia para que terminara su invasión de Ucrania, dando un ultimátum de 10 a 12 días, en lugar de 50, para poner fin al conflicto. Las autoridades ucranianas denunciaron que este ataque en Zaporiyia fue una violación del derecho humanitario internacional.
Por otro lado, los ataques rusos también afectaron otras regiones, como Járkov y Dniprópetrovsk, donde murieron más civiles, incluido un niño. En respuesta, Ucrania intensificó sus ataques con drones en territorio ruso, provocando una muerte en la región de Rostov.
A pesar de los continuos enfrentamientos, el Kremlin afirmó estar comprometido con un proceso de paz, pero sigue exigiendo la cesión de territorios ucranianos y que Kiev renuncie a su integración en la OTAN. Las recientes negociaciones entre ambos países fracasaron rápidamente, limitándose a acuerdos menores sobre prisioneros y cuerpos.
Con información de El Nuevo Herald
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