Una delegación de más de 130 veteranos de guerra ha solicitado formalmente al gobernador de Florida, Ron DeSantis, que detenga la aplicación de la pena capital a exmilitares estadounidenses. La petición se realizó a través de una carta entregada en Tallahassee, la capital estatal, en respuesta a una ejecución programada para la próxima semana.
Según la delegación, «cerca de 30 veteranos permanecen en el corredor de la muerte, e innumerables otros enfrentan juicios por la pena de muerte en todo el estado». La carta subraya esta situación como una «tendencia preocupante» e insta a DeSantis a dejar de firmar sentencias de muerte y de programar ejecuciones para veteranos.
La delegación recordó que cinco veteranos han sido ejecutados desde que DeSantis asumió el cargo en 2019. El gobernador, que no se ha pronunciado sobre la petición, autorizó otra ejecución para un exmilitar el 19 de agosto. Esta petición se produce en un contexto de repunte de ejecuciones en Florida, que en solo ocho meses ha roto su récord anual con nueve ejecuciones, tres de las cuales correspondieron a veteranos.
La próxima ejecución prevista es la de Kayle Bates, de 67 años, un veterano que fue sentenciado por asesinar a cuchilladas a una mujer. Florida es el segundo estado con más prisioneros sentenciados a muerte en el país, con 283, solo superado por California.
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