El retorno a clases se ha visto afectado por el elevado precio de los materiales escolares y la aplicación de nuevas normas/FOTO Diario Las Américas
El nuevo ciclo escolar en Miami-Dade, que dio inicio el 14 de agosto, ha comenzado con una mezcla de desafíos y expectativas para las más de 335,000 familias y estudiantes del distrito. El regreso a las aulas ha sido marcado por el alto costo de los útiles escolares y la implementación de nuevas regulaciones, en particular la estricta política sobre el uso de teléfonos celulares.
Una de las principales novedades es la política «Heads Up, Phones Down», que tiene como objetivo mejorar la concentración de los estudiantes restringiendo el uso de móviles. Bajo esta medida, los estudiantes de hasta octavo grado deben mantener sus teléfonos apagados dentro de sus mochilas, mientras que los de preparatoria solo podrán usarlos con la autorización de un maestro. La presidenta de la Junta Escolar de Miami-Dade, Mari Tere Rojas, ha destacado que esta iniciativa busca fomentar un entorno de aprendizaje más enfocado.
En el aspecto económico, las familias se enfrentan a un significativo gasto en útiles y materiales escolares. Aunque el distrito promovió un «Mes Libre de Impuestos» para estos productos y ofrece apoyo a las familias de bajos recursos, los costos siguen siendo un desafío. Además, la logística diaria, como el tráfico matutino, añade una capa de complejidad al regreso a la rutina escolar.
El distrito ha reafirmado su compromiso con la educación inclusiva, garantizando que todos los niños, sin importar su estatus migratorio, tengan acceso a una educación de calidad. En cuanto a la seguridad, se ha asegurado la presencia de policías en todas las escuelas.
El artículo también resalta un cambio demográfico en el condado, con una disminución en la matrícula de escuelas públicas tradicionales y un aumento en las escuelas chárter, lo que está llevando al distrito a explorar nuevas estrategias como la promoción de programas Magnet.