A pesar de las repetidas advertencias y amenazas por parte de Corea del Norte, Estados Unidos y Corea del Sur han dado inicio a un nuevo ejercicio militar conjunto, el Ulchi Freedom Shield. Estas maniobras, que buscan reforzar su preparación defensiva ante las amenazas norcoreanas, contarán con la participación de 21,000 soldados y se extenderán por aproximadamente 11 días.
Corea del Norte ha condenado estos simulacros, calificándolos como un acto de «confrontación militar». Por su parte, el nuevo presidente surcoreano, Lee Jae-myung, ha manifestado su intención de mejorar las relaciones con el régimen de Kim Jong Un, a pesar de que este último ha rechazado hasta el momento las propuestas diplomáticas. Lee ha enfatizado la importancia de dar pasos firmes hacia la relajación de las tensiones, basándose en una férrea preparación en materia de seguridad.
La situación se complica con las posibles peticiones de la administración estadounidense, que busca que Corea del Sur aumente su pago para el mantenimiento de las 28,500 tropas estadounidenses estacionadas en la península. En este tenso contexto, Lee Jae-myung también ha expresado su intención de restaurar un acuerdo de 2018 que suspendía algunas actividades militares a lo largo de la frontera entre las dos Coreas.
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