En un nuevo capítulo por acaparar los titulares del mundo, la seudo activista Greta Thumberg zarpó nuevamente rumbo Gaza. En una ambiciosa misión, que cuenta con decenas de barcos, este 31 de agosto de 2025 salió desde Barcelona, España, acompañada por el actor irlandés Liam Cunningham y la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau que buscan romper el bloqueo naval israelí sobre Gaza.
Según Thunberg, esta misión busca entrar ayuda humanitaria y visibilizar la crisis de Gaza. Sin embargo, para muchos, esta iniciativa es un nuevo espectáculo mediático para alimentar su imagen de mártir global que ha sido mermada en los últimos tiempos. La expedición llamada Global Sumud Flotilla es promocionada por la sueca como “la mayor misión humanitaria en 18 años”, partió desde Barcelona y esperan que se sumen otros barcos desde Grecia, Italia y Túnez. Se conoció que llevan un cargamento “simbólico” de alimentos, medicinas y prótesis para ayudar a los 2.3 millones de habitantes de Gaza.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ha calificado la misión como un truco publicitario para llamar la atención, tildándolo como “un yate de selfies”, acusando a Geta Thunberg de buscar reflectores, ignorando los riegos de esta zona en conflicto activo. Vale destacar que este es el segundo intento de Thunberg en menos de 3 meses. En junio de este 2025 fue detenida y deportada, en conjunto con otros activistas, a 185 km de Gaza. Durante la intercepción los pasajeros lanzaron teléfonos y laptops al mar, lo que fue interpretado como un intento de borrar las evidencias de su planificación mediática.
Por su parte, los defensores de la seudo activista como la eurodiputada francesa Rima Hassan, asegura que “no solo llevamos ayuda, sino un mensaje: el mundo no puede seguir ignorando a Gaza”. No obstante, el senador estadounidense Lindsey Graham escribió en su cuenta en X: “Espero que Greta y sus amigos sepan nadar”. El futuro de esta expedición es incierto, las probabilidades de que Thunberg y sus acompañantes lleguen a su destino son pocas, casi nulas. Sin embargo, antes de partir expresó que “el silencio es más mortal que cualquier riesgo”.
Para gazatíes atrapados en el conflicto, los barcos de Thunberg son un destello de esperanza, pero dejan al aire una gran interrogante: ¿Esta misión es un acto de valentía o un nuevo intento de Greta por mantenerse en el centro de atención?