Robert Redford, el apuesto actor y director ganador del Oscar que desafió su estatus de galán para defender causas cercanas a su corazón, murió el martes. Tenía 89 años. Su deceso ha sido confirmado por su familia.
Por MiamiNews24
Conocido por sus papeles protagónicos en clásicos del cine como «Butch Cassidy and the Sundance Kid» y «All the President’s Men», Redford no solo fue un rostro emblemático de la pantalla, sino también un cineasta aclamado. A lo largo de su prolífica carrera, fue una figura central en la industria, respetado tanto por su talento como por su compromiso con el cine independiente y el activismo.
Una carrera con brillo propio

Nacido en 1936, Redford se abrió camino en la actuación en la década de 1960. Aunque su primer papel en televisión fue pequeño, su carisma y talento pronto lo catapultaron al estrellato. En 1974, recibió su primera nominación al Oscar como mejor actor por su memorable actuación en «The Sting», película en la que compartió pantalla con Paul Newman.
Sin embargo, el único Oscar que Redford se llevó a casa en una categoría competitiva fue por su trabajo detrás de las cámaras. En 1981, ganó el premio a mejor director por la conmovedora película «Ordinary People». En 2002, recibió un Oscar honorario en reconocimiento a su labor como creador del Instituto Sundance y del aclamado Festival de Cine de Sundance, un pilar fundamental para el cine independiente.
Su pasión por el arte cinematográfico fue inmensa. En 1995, fue nominado al Oscar tanto por dirigir como por producir «Quiz Show», un thriller político que exploraba los escándalos en la televisión.
Activismo y legado
Más allá de su trabajo en la pantalla, Redford fue un ambientalista comprometido. En 1961, se mudó a las montañas de Utah, donde se convirtió en un ferviente defensor de la preservación del paisaje natural del oeste estadounidense.
El legado de Redford perdurará a través de sus películas atemporales y del Festival de Sundance, que ha servido como plataforma para innumerables cineastas, guionistas y actores que buscan contar historias fuera del sistema de estudios tradicional. Su vida y carrera fueron un testamento de su creencia en el poder del arte para generar conciencia y cambio.