Cementerios históricos de Florida entre los más hermosos del país

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No todos los cementerios son lugares sombríos. Algunos, por su belleza natural y riqueza histórica, se convierten en espacios de contemplación, memoria y asombro. Así lo revela una encuesta nacional realizada por Choice Mutual, que identificó los 140 camposantos ocultos más bellos de Estados Unidos. Tres de ellos están en Florida.

Cementerio de Cayo Hueso: epitafios excéntricos y quietud tropical

Fundado en 1847 tras un huracán que destruyó el antiguo camposanto, el cementerio de Cayo Hueso ocupa el puesto 11 en la lista. Allí descansan más de 75,000 almas entre tumbas elevadas, piedras blanqueadas por el sol y epitafios que reflejan la excentricidad isleña. Las iguanas se deslizan entre las lápidas y los gallos pasean con naturalidad, aportando una energía extrañamente juguetona a la quietud tropical.

Este lugar alberga secciones católicas y judías, el USS Maine Plot dedicado en 1900 y el monumento a Los Mártires de Cuba, en honor a quienes lucharon en la revolución de 1868. También contiene la tumba de Sloppy Joe Russell, amigo y guía de pesca del escritor Ernest Hemingway.

Greenwood en Orlando: robles, lagos y lápidas victorianas

En el puesto 12 aparece el cementerio Greenwood, fundado en la década de 1880. Lejos del bullicio de los parques temáticos, este camposanto se extiende bajo la sombra de robles centenarios y junto a lagos tranquilos. Las tumbas confederadas y de pioneros se mezclan con lápidas ornamentadas, creando una belleza silenciosa en medio de la expansión urbana.

Más de 40,000 residentes de Florida Central descansan allí, incluyendo figuras clave en la historia de Orlando. Es un lugar donde la memoria se entrelaza con la vegetación y el tiempo parece detenerse.

Micanopy Historic Cemetery: musgo español y almas fundadoras

Ubicado en el puesto 15, el cementerio histórico de Micanopy se extiende entre robles cubiertos de musgo español, en el corazón de lo que muchos llaman “El Pueblo Olvidado por el Tiempo”. Fundado en 1826, alberga más de 2,000 tumbas, entre ellas las de más de 100 veteranos de guerra y numerosos fundadores del pueblo.

Las piedras erosionadas, las flores silvestres y las ramas que cuelgan como cortinas naturales suavizan los límites entre el recuerdo y el tiempo. Inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1983, este camposanto es también un lugar de meditación y paseo.