Tang Renjian, quien dirigió el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China entre 2020 y 2024, fue condenado este domingo a pena de muerte suspendida por dos años tras ser hallado culpable de aceptar sobornos por más de 38 millones de dólares. El tribunal de Changchun consideró que sus delitos causaron “graves daños al Estado y al pueblo”, aunque le concedió clemencia por colaborar con la investigación, confesar sus crímenes y devolver las ganancias ilícitas.
La sentencia, habitual en casos de corrupción de alto perfil en China, implica que si Tang no comete nuevos delitos durante el periodo de suspensión, su condena podría ser conmutada a cadena perpetua. Además, todas sus propiedades serán confiscadas y los fondos ilegales recuperados para el Estado.
Tang había sido expulsado del Partido Comunista en noviembre de 2024 tras una investigación disciplinaria que lo acusó de “codicia desenfrenada”, “decisiones a ciegas” y “corrupción moral”. Su caída se suma a una serie de destituciones abruptas en el gabinete chino, como las del exministro de Exteriores Qin Gang y el exministro de Defensa Li Shangfu, ambos cesados en 2023 sin explicaciones públicas.
Desde 2012, el presidente Xi Jinping lidera una campaña anticorrupción que ha sacudido las estructuras del poder en China. Aunque ha revelado redes de sobornos multimillonarios, críticos señalan que también podría estar siendo usada para eliminar rivales políticos dentro del Partido.