Axilas en rosa, verde o decoloradas: la moda que incomoda

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Las nuevas corrientes estéticas entre los jóvenes apuestan por el riesgo como sello de identidad. Inspirados por sus ídolos, cada vez más adolescentes y veinteañeros lucen cabellos en “rubio recesión” —con raíces oscuras visibles—, pestañas y cejas en tonos pastel, ojos decorados con joyas brillantes, vello de las axilas teñido y uñas largas con accesorios en 3D.

“Entre tanta propuesta, los jóvenes desean reforzar su personalidad y marcar la diferencia dentro de su estilo, aunque para ello recurren a prácticas tan extremas como decolorar o teñirse el vello de las axilas u optar por uñas imposibles que condicionan sus hábitos y rutinas laborales y personales”, explica a EFE la psicóloga Candela Fornieles.

Rosalía, Gaga y Cyrus: referentes de una estética sin reglas

En la última Semana de la Moda de París, Rosalía marcó tendencia al asistir al desfile de Julie Kegels con las axilas sin depilar y visiblemente decoloradas, acompañando un conjunto en blanco y negro. No es la primera vez que una figura pública desafía los cánones tradicionales: en 2014, Lady Gaga lució el vello axilar en verde turquesa a juego con su peluca, y en 2015, Miley Cyrus lo tiñó de rosa.

La moda de mostrar el vello de las axilas —teñido o natural— gana fuerza como gesto de autonomía estética. Aunque generaciones anteriores lo consideraban una obligación, figuras como Sofía Loren, Patti Smith, Madonna y Julia Roberts ya habían desafiado esa norma en décadas pasadas.

En paralelo, las cejas también se transforman en lienzo de expresión. Se llevan pobladas, despeinadas y naturales, al estilo de Cara Delevingne, y muchos optan por teñirlas en tonos pastel, burdeos o melocotón, aprovechando su densidad para experimentar con el color.

Estas tendencias, lejos de ser anecdóticas, reflejan una búsqueda de autenticidad y ruptura con los estándares clásicos de belleza. El cuerpo se convierte en territorio de expresión, y el riesgo, en lenguaje generacional.