Cuba libera a José Daniel Ferrer y lo exilia en EEUU

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El gobierno cubano liberó este lunes al líder opositor José Daniel Ferrer y lo envió al exilio en Estados Unidos junto a su familia, según confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla. La noticia puso fin a semanas de especulaciones sobre su posible salida, tras años de prisión y deterioro de su salud.

Ferrer, fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fue uno de los disidentes más emblemáticos del país. En una carta escrita desde la prisión de Mar Verde en Santiago de Cuba, denunció recientemente “golpizas, torturas, humillaciones, amenazas, condiciones extremas y hasta el robo de sus alimentos y productos de aseo”. “El ensañamiento de la dictadura en mi contra ha sobrepasado todo límite”, escribió.

Ferrer fue arrestado en múltiples ocasiones, incluyendo durante la Primavera Negra de 2003, cuando 75 disidentes fueron encarcelados. Su último arresto ocurrió en julio de 2021, cuando intentaba unirse a las protestas antigubernamentales en Santiago de Cuba. Un juez revocó entonces su libertad condicional y lo condenó a más de cuatro años de prisión, pena que ya había cumplido.

Exilio negociado y contexto político

El Ministerio cubano indicó que la liberación se produjo “tras una solicitud formal del gobierno de Estados Unidos y la aceptación expresa de Ferrer García”, en el marco de los acuerdos legales entre ambos países. En enero, el Vaticano había mediado en la liberación de varios presos políticos, incluido Ferrer, como parte de un intento por sacar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.

Sin embargo, con la actual administración estadounidense —dirigida por el exsenador cubanoamericano Marco Rubio— la posibilidad de concesiones diplomáticas parece remota. Rubio ha prometido una “política de mano dura hacia Cuba”, mientras la isla enfrenta una crisis económica profunda y observa con preocupación las operaciones militares de EE.UU. cerca de Venezuela, su principal aliado.

Activistas calificaron el caso de Ferrer como “fabricado” y celebraron su liberación, aunque advierten que el exilio forzado no resuelve el problema de fondo. Ferrer, por su parte, expresó su disposición a salir del país para proteger a su familia y continuar su lucha desde el exterior.