El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió este viernes que sería prematuro entregar misiles Tomahawk de largo alcance a Ucrania, en medio de su intención de asegurar un acuerdo de paz con Rusia. La declaración se produjo durante una rueda de prensa conjunta con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en Washington.
“Con suerte, no los necesitarán. Con suerte, podremos terminar la guerra sin pensar en los Tomahawks”, afirmó Trump, quien busca evitar una escalada del conflicto y preservar las reservas estratégicas de armamento estadounidense.
Trump confirmó que ha acordado con Vladimir Putin una nueva cumbre en Budapest, Hungría, tras una llamada telefónica sostenida el jueves. Sería el primer encuentro desde la fallida reunión en Alaska en agosto. “Creo que el presidente Putin quiere terminar la guerra”, declaró Trump.
Zelenski, sin embargo, discrepó: “Putin no está listo para la paz”, dijo el mandatario ucraniano, quien ha solicitado los misiles Tomahawk durante semanas, argumentando que podrían forzar a Rusia a negociar. La Casa Blanca, por ahora, descarta esa opción.
Contexto militar y político
La entrega de misiles Tomahawk —con alcance superior a 1.600 kilómetros— es considerada una línea roja por Moscú. Putin advirtió que su envío podría escalar el conflicto y poner en riesgo las conversaciones de paz. Trump, por su parte, insiste en que Estados Unidos debe ser cuidadoso para no agotar sus propias reservas estratégicas.
Hungría ha ofrecido garantías para que Putin pueda asistir a la cumbre, a pesar de la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional. “Budapest es el único lugar adecuado en Europa para una cumbre de paz entre Estados Unidos y Rusia”, afirmó el presidente húngaro Viktor Orbán.
Una relación volátil
La posición de Trump sobre la guerra en Ucrania ha cambiado drásticamente en los últimos meses. Aunque inicialmente se mostró crítico con Zelenski, calificándolo de “dictador sin elecciones”, ahora busca un canal diplomático abierto con Putin, con quien asegura “llevarse bien”.
Mientras tanto, Rusia mantiene el control de aproximadamente una quinta parte del territorio ucraniano, en medio de una guerra que ha dejado decenas de miles de muertos y una devastación generalizada.