Fallece Sam Rivers, bajista de Limp Bizkit

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El mundo del metal está de luto. Sam Rivers, bajista y miembro fundador de Limp Bizkit, falleció este sábado a los 48 años tras una larga batalla contra una enfermedad hepática derivada del alcoholismo. La banda confirmó la noticia a través de sus redes sociales, donde despidió al músico con un emotivo comunicado que conmovió a sus seguidores.

Con más de 40 millones de discos vendidos, Rivers fue pieza clave en el sonido que definió a Limp Bizkit desde su formación en 1994 en Jacksonville, Florida. Su bajo marcó el pulso de álbumes icónicos como Three Dollar Bill, Y’all$ (1997), Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water (2000), que catapultaron a la banda al estrellato internacional.

“El alma en el sonido”

“Desde la primera nota que tocamos juntos, Sam trajo consigo una luz y un ritmo insuperables”, escribieron Fred Durst, Wes Borland, John Otto y DJ Lethal. “Su talento era espontáneo, su presencia inolvidable, su corazón enorme. Compartimos muchísimos momentos —salvajes, tranquilos, hermosos— y cada uno de ellos significó más porque Sam estaba allí”.

El comunicado lo definió como “una auténtica leyenda de leyendas” y aseguró que su espíritu vivirá “en cada ritmo, cada escenario, cada recuerdo”. DJ Lethal, responsable del sampler en la banda, pidió respeto para la familia y homenaje para el músico: “¡Dale a Sam sus flores y toca sus líneas todo el día! Vivirás a través de tu música y las vidas que ayudaste a salvar”.

Una lucha silenciosa

En el libro Raising Hell: Backstage Tales From The Lives Of Metal Legends, Rivers relató que abandonó la banda en 2015 debido a una enfermedad hepática causada por el alcoholismo. En 2017 recibió un trasplante de hígado, tras enfrentar recaídas y advertencias médicas que lo pusieron al borde de la muerte.

En entrevista con Loudwire, el bajista confesó que ese proceso lo llevó a cambiar radicalmente su estilo de vida. Durante su ausencia, las funciones de bajista fueron asumidas por Samuel Gerhard Mpungu y Tsuzumi Okai, hasta su regreso en 2018.

Contra todo pronóstico, Rivers volvió a los escenarios y compartió con sus seguidores imágenes de conciertos nuevos y antiguos, celebrando la música y la amistad que lo acompañaron durante décadas.

Hoy, el metal despide a uno de sus íconos. Sam Rivers deja un legado que trasciende el género: una historia de lucha, redención y sonido inolvidable.