Venezuela suspende acuerdo energético con Trinidad y Tobago

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El gobierno de Venezuela anunció este lunes la suspensión inmediata del acuerdo energético que mantenía con Trinidad y Tobago desde 2015, en respuesta a la presencia del destructor estadounidense USS Gravely (DDG-107) en aguas trinitenses para ejercicios militares conjuntos. La medida, calificada como “cautelar” por el presidente Nicolás Maduro, marca un nuevo punto de tensión en la relación bilateral.

“He aprobado la suspensión inmediata de todos los efectos del acuerdo energético y de todo lo convenido en esa materia”, declaró Maduro durante su programa televisivo. La decisión fue recomendada por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien también encabeza el Ministerio de Hidrocarburos, y por la estatal PDVSA.

Un acuerdo estratégico en pausa

El convenio energético entre ambos países permitía la cooperación en materia de gas natural, incluyendo la explotación de campos cercanos a la frontera común. Sin embargo, la reciente autorización de Estados Unidos a Trinidad para operar en uno de esos yacimientos —pese al embargo vigente sobre Venezuela desde 2019— ya había generado fricciones.

La primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, respondió con firmeza a la decisión venezolana: “No somos susceptibles a ningún chantaje por parte de los venezolanos en busca de apoyo político. Nuestro futuro no depende de Venezuela y nunca lo ha hecho”, declaró a la agencia AFP.

Maniobras militares y acusaciones cruzadas

El USS Gravely, que permanecerá en Trinidad hasta el 30 de octubre, forma parte de las operaciones antinarcóticos que Estados Unidos despliega en el Caribe. Maduro calificó la presencia del buque como una “amenaza directa” y acusó a Trinidad de haberse convertido en una “colonia militar” al servicio de los intereses estadounidenses.

“La primera ministra, en una actitud hostil y agresiva contra Venezuela, se ha sumado a los planes guerreristas de Estados Unidos”, afirmó Delcy Rodríguez. Según Caracas, el despliegue militar busca desestabilizar al gobierno venezolano y controlar sus recursos energéticos.

El Ministerio de Asuntos Extranjeros de Trinidad y Tobago negó que los ejercicios tengan como objetivo provocar a Venezuela y reiteró que se enmarcan en operaciones regionales contra el narcotráfico.

Escalada regional

A la presencia del USS Gravely se sumará en los próximos días el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, también movilizado por orden del presidente Donald Trump. Según fuentes oficiales, las operaciones estadounidenses han dejado al menos 43 muertos en 10 ataques contra presuntas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico.

Venezuela denunció además haber desmantelado una supuesta célula vinculada a la CIA que, según el gobierno, planeaba atacar al USS Gravely para incriminar a Caracas.

La suspensión del acuerdo energético y el cruce de declaraciones entre ambos gobiernos reflejan el deterioro de una relación que, desde la llegada de Persad-Bissessar al poder, se ha visto marcada por tensiones migratorias, alineamientos geopolíticos y disputas por el control de recursos estratégicos.