La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, anunció este miércoles la activación de un plan de distribución de alimentos de emergencia, en respuesta a la incertidumbre generada por la posible suspensión del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), conocido popularmente como cupones de alimentos. La medida busca proteger a miles de familias vulnerables que dependen de este beneficio federal, actualmente en riesgo por la falta de fondos derivada del cierre parcial del gobierno de Estados Unidos.
“Estamos aquí para ayudar a las familias”, afirmó Paco Vélez, presidente de Feeding South Florida, una de las organizaciones clave en la implementación del plan. La entidad coordinará la entrega de despensas en conjunto con el Departamento de Servicios Comunitarios y el Departamento de Manejo de Emergencias del condado.
Según datos oficiales, casi una cuarta parte de los hogares en Miami-Dade podrían verse afectados por la interrupción del SNAP, prevista para comenzar el 1 de noviembre si no se restablece el financiamiento federal. La alcaldesa Levine Cava calificó la situación como “una amenaza directa a la seguridad alimentaria de nuestra comunidad” y subrayó que el condado no esperará a que llegue la crisis para actuar.
El plan contempla la instalación de centros de distribución en puntos estratégicos del condado, con prioridad en las zonas de mayor vulnerabilidad. Además de alimentos no perecederos, se entregarán productos frescos y artículos de higiene básica. También se activarán líneas de atención para orientar a las familias sobre cómo acceder a la ayuda y se reforzará la colaboración con organizaciones como Meals on Wheels South Florida, que ya anunció una ampliación de sus rutas de entrega para adultos mayores.
Durante la rueda de prensa, la comisionada del condado, Eileen Higgins, advirtió que “el hambre no espera a que se resuelvan los desacuerdos en Washington” y llamó a la comunidad a sumarse con donaciones y voluntariado. Por su parte, la alcaldesa instó al Congreso a actuar con urgencia para evitar que millones de estadounidenses pierdan el acceso a alimentos básicos.
El cierre del gobierno federal, que ya se extiende por casi un mes, ha comenzado a afectar múltiples servicios en todo el país. La posible suspensión del SNAP no solo impactaría a las familias beneficiarias, sino también a los comercios locales que dependen de ese flujo económico.
Con información de Diario Las América

