La cumbre climática COP30 fue escenario este martes de una protesta masiva protagonizada por activistas e indígenas que lograron irrumpir en el Parque da Cidade, sede del evento en Belém, Brasil. Con pancartas y consignas como “Nuestra tierra no está en venta”, los manifestantes exigieron ser escuchados por los líderes mundiales reunidos en la conferencia de la ONU.
La movilización denunció la expansión de la explotación petrolera en la cuenca del Amazonas, autorizada por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, y reclamó la imposición de impuestos a los multimillonarios como medida para financiar la acción climática. “Lula hace un papelón”, gritaron algunos de los presentes, acusando al presidente brasileño de “destruir el clima”.
Enfrentamientos y tensión en la zona azul
Los manifestantes lograron sortear los controles de seguridad y acceder a la zona azul, el área administrada por la ONU donde se desarrollan las negociaciones oficiales. La intervención del personal de seguridad provocó enfrentamientos, y al menos un guardia resultó herido.
La protesta se suma a una creciente presión de comunidades indígenas y organizaciones ambientales que reclaman mayor participación en la toma de decisiones climáticas. “Las comunidades indígenas tenemos conocimientos ancestrales sobre los bosques y el clima, por eso debemos participar”, declaró uno de los líderes presentes.
La COP30, que se celebra entre el 10 y el 21 de noviembre, ha reunido a más de 50.000 participantes de casi 200 países. Esta es la primera vez en tres años que la cumbre se realiza en un país que permite abiertamente manifestaciones, tras las ediciones anteriores en Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán.
Con información de La Vanguardia

