Con la llegada del invierno, muchas personas experimentan un descenso en la energía, la motivación y el estado de ánimo, un fenómeno conocido como depresión estacional o trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés). La causa principal es la menor exposición a la luz natural durante los meses más cortos y fríos.
La buena noticia, según investigadores, es que la fototerapia —exposición a luz artificial brillante que simula la luz solar— puede ayudar a contrarrestar estos síntomas.
Cómo actúa la luz en el organismo
Cuando la luz solar entra en los ojos, envía señales al cerebro para detener la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño, explicó Mariana Figueiro, científica de la Escuela de Medicina Icahn del Mount Sinai. Al mismo tiempo, la luz estimula la producción de serotonina, neurotransmisor clave en la regulación de las emociones.
La fototerapia busca reproducir este efecto mediante lámparas especiales, conocidas como lámparas SAD, que se utilizan durante unos 30 minutos cada mañana.
Evidencia científica
Los estudios sobre fototerapia se remontan a varias décadas. En 2006, un ensayo clínico dirigido por Raymond Lam, de la Universidad de Columbia Británica, mostró que la terapia lumínica era tan eficaz como el antidepresivo Prozac en pacientes con SAD.
Investigaciones más recientes, publicadas en 2020 y 2024, confirmaron que la fototerapia supera al placebo en la mejora de los síntomas de la depresión estacional. “Las investigaciones son realmente muy convincentes”, afirmó Dorothy Sit, profesora asociada de Psiquiatría en la Universidad Northwestern.
Aunque la mayoría de los estudios se centran en personas con SAD diagnosticado, los expertos señalan que también puede beneficiar a quienes sufren síntomas más leves.
Recomendaciones de uso
Los especialistas sugieren seguir pautas específicas para obtener resultados:
- Intensidad: utilizar lámparas de al menos 10.000 lux, ya que la iluminación doméstica habitual no alcanza niveles suficientes.
- Horario: emplearlas por la mañana, preferiblemente poco después de despertar, para reducir la melatonina y aumentar la alerta.
- Duración: exponerse durante unos 30 minutos a una distancia de 30 a 60 centímetros del rostro. No es necesario mirar directamente la lámpara.
- Constancia: los efectos suelen aparecer tras varias semanas de uso regular y desaparecen rápidamente si se interrumpe el tratamiento.
Estrategias complementarias
Los expertos recomiendan combinar la fototerapia con ejercicio físico, una dieta equilibrada y actividades sociales para potenciar sus beneficios. Además, aconsejan consultar a un médico antes de iniciar el tratamiento, especialmente si los síntomas persisten, ya que puede ser necesario recurrir a otras opciones como medicación o terapia psicológica.
Con información de NYTimes