La pianista venezolana Gabriela Montero protagonizó uno de los momentos más emotivos de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, celebrada este miércoles en el Ayuntamiento de Oslo.
Por MiamiNews24
Montero interpretó Mi querencia, la célebre pieza del maestro Simón Díaz, y cerró su presentación con el Himno Nacional de Venezuela, lo que provocó una ovación prolongada de los asistentes, entre ellos la familia real noruega, autoridades diplomáticas y representantes de la comunidad internacional.
La actuación de la pianista se convirtió en un símbolo de identidad cultural y de orgullo nacional, en un acto marcado por la ausencia de la galardonada, la dirigente opositora María Corina Machado, quien no asistió por razones de seguridad. En su lugar, el premio fue recibido por su hija, Ana Corina Sosa.
La organización del Nobel destacó que la participación de Montero, reconocida internacionalmente por su virtuosismo y su compromiso con la libertad de expresión, reforzó el mensaje de esperanza y resiliencia que acompaña el galardón.
Montero, que ha desarrollado una carrera internacional con presentaciones en las principales salas de concierto del mundo, dedicó su interpretación a los venezolanos dentro y fuera del país, subrayando la importancia de la música como puente de unión y resistencia cultural.