Tres años después de que ChatGPT la posicionara como líder indiscutible en el sector tecnológico, OpenAI atraviesa un periodo de cuestionamientos y presión por parte de sus competidores. La compañía de San Francisco, que popularizó la inteligencia artificial generativa, enfrenta críticas de inversionistas y analistas sobre su modelo financiero y su capacidad de mantener el liderazgo.
El inversionista Michael Burry, conocido por la película La gran apuesta, comparó recientemente a OpenAI con Netscape, señalando que podría estar “condenada al fracaso”. Gary Marcus, investigador escéptico del ecosistema de la IA, sostuvo que la firma “perdió su liderazgo y quiso abarcar demasiado”.
ChatGPT alcanzó más de 800 millones de usuarios semanales y llevó la valoración de OpenAI a 500.000 millones de dólares, aunque la compañía terminará el año con pérdidas de varios miles de millones y sin expectativas de rentabilidad antes de 2029. Además, se comprometió a pagar más de 1,4 billones de dólares en contratos con fabricantes de chips y centros de datos para ampliar su capacidad de cómputo.
La competencia también avanza. Google asegura que su interfaz Gemini cuenta con 650 millones de usuarios, lo que ha generado preocupación entre inversionistas. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, reconoció internamente que la empresa enfrenta un “contexto agitado” y un “entorno económico desfavorable”. En respuesta, lanzó un “código rojo” para concentrar esfuerzos en ChatGPT.
La semana pasada, OpenAI presentó su nuevo modelo GPT-5.2, con resultados destacados en pruebas de desempeño, y anunció una alianza con Disney. Sin embargo, analistas como Ashu Garg, de Foundation Capital, advierten que las inversiones masivas en modelos de IA no garantizan retornos económicos claros. Espen Robak, especialista en valoración de activos, considera que la estructura de capital de la compañía no está adaptada, aunque su valoración continúa en ascenso.
Algunos expertos sugieren que OpenAI podría retrasar su salida a bolsa o acelerarla para atraer a pequeños inversionistas. Otros critican su diversificación hacia proyectos como la red social de video Sora y dispositivos conectados.
Para Angelo Zino, analista de CFRA, “no habrá un ganador único en la carrera de la IA”, sino múltiples proveedores de modelos de alta calidad, entre los que OpenAI seguirá teniendo un papel relevante. La alianza con Microsoft, que posee el 27% del capital, le asegura ingresos constantes y apoyo estratégico.
En medio de un mercado en expansión, los especialistas coinciden en que todas las grandes tecnológicas tendrán “un pedazo del pastel”, mientras la industria de la inteligencia artificial continúa creciendo.
Con información de DLA

