Por Carlos Flores
Era una locura pensar que un centro de reclusión para inmigrantes ubicado en una —casi inexpugnable— zona llena de caimanes, plagas, pitones y mosquitos que hasta te pueden matar, y que se construyó en apenas una semana, para que se convirtiese en la última para de aquellos que entraron a EE.UU de forma ilegal, antes de ser deportados, fuera popular o recibiera aplausos. Sin embargo, Alligator Alcatraz ha pasado a convertirse en suerte de fenómeno… Un fenómeno que goza de popularidad, aunque no de la mejor, y que le ha dado al estado de la Florida, a su gobernador, Ron DeSantis y al presidente Trump, un tsunami de críticas que van desde que los reclusos sufren de calor hasta de los sándwiches que se comen. Entonces es hora de hacer un breve resumen de la situación y colocar todo sobre el lienzo de la realidad.
Iniciemos por lo básico: ningún centro de reclusión —para inmigrantes o no— tendrá buena publicidad o calará positivamente entre la comunidad, opinadores instituciones y sector político. Sencillamente, ese escenario no ocurre: nada cantará vítores por la inauguración de un centro de reclusión. Y, cuando a la ecuación se añade el tema de migración, comienzan a moverse los intereses y piezas en el tablero del ajedrez político.
Quisiera que alguien me corrigiese, pero jamás he escuchado que se hagan campañas promocionando las bondades de ninguna prisión o centro de reclusión en EE.UU o alguna parte del mundo, tal vez excepto en Escandinavia, pero la tierra de los vikingos es un mundo aparte; yo no recuerdo a alguien diciendo que está feliz porque su familiar o amigo está preso y ahí todo es maravilloso. ¿Acaso usted sí? Con esto vamos a tocar el agrio duelo político que existe entre la izquierda demócrata —que Joe Bien lideró y llevó al caos actual— y la derecha republicana. Sea dicha la verdad: todo, absolutamente todo lo que la izquierda considere que pueda perjudicar al presidente Trump, será usado en su contra. Y Alligator Alcatraz le viene como anillo en su oxidado dedo. ¿Quiere un culpable del problema migratorio? Perfecto, toque la puerta del señor Joe Biden.
Y es que, dado que la memoria política se borra con facilidad, durante su administración sobraban las denuncias por inmigrantes ilegales que causaban caos y terror en la nación; pandillas venezolanas, narcos de México, etc. La absurda política de Biden de total apertura de las fronteras llevó a esta situación difícil que ha requerido la toma de acciones extremas y necesarias.
Daniella Levine Cava, alcaldesa de Miami-Dade, denunció, en una noticia publicada por NTN24, condiciones inhumanas en este centro de reclusión. El diario El País, de España, logró entrevistar a familiares de reclusos que se quejan de no tener agua para bañarse y que los sándwiches tienen apenas un “pedacito de jamón”. Y la lista de quejas llega hasta arzobispo de Miami.
Pero el otro lado de la moneda queda en evidencia con la lista de identificados por la fiscalía y que señala el historial de muchos de los reclusos, quienes tienen más en su consciencia que el poco jamón que —según ellos— está dentro de su sándwich. El Diario de las Américas, ha publicado un breve listado con algunos de estos personajes, cuyos prontuarios van de abuso sexual hasta horribles asesinatos.
Estamos ante una batalla de tintes políticos en medio de un país polarizado que requería de una mano fuerte. Nadie estará contento… pero tampoco nadie estuvo contento cuando las fronteras estaban abiertas (excepto los que cruzaron ilegalmente).
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