En un veredicto sin precedentes, una jueza colombiana declaró culpable al expresidente Álvaro Uribe Vélez de manipulación de testigos, marcando la primera vez que un exjefe de Estado enfrenta un proceso penal en la historia del país.
Uribe, quien gobernó Colombia entre 2002 y 2010, fue acusado de ejercer presión y ofrecer pagos a exparamilitares encarcelados para alterar sus testimonios, buscando así limpiar su imagen. La jueza Sandra Heredia, del Circuito de Bogotá, afirmó que se ha comprobado el soborno en actuación penal y el fraude procesal, lo que podría acarrear una pena de hasta 12 años de prisión.
La decisión judicial desató reacciones encontradas. Afuera del tribunal, seguidores de Uribe protestaron con máscaras y gritos de «Uribe inocente», mientras opositores exigían su encarcelamiento.
El juicio, que se extendió por trece años, se originó en 2012 cuando Uribe demandó al congresista Iván Cepeda por supuestamente buscar a presos para acusarlo de vínculos con grupos paramilitares. En un giro inesperado en 2018, la Corte Suprema invirtió la investigación, sospechando que fue Uribe quien intentó sobornar a los testigos.
Tras renunciar al Senado en 2020, el caso pasó a la justicia ordinaria. La culpabilidad de Uribe, una figura influyente y popular por su política de mano dura contra las guerrillas, representa un golpe para la derecha conservadora de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Uribe ha defendido su inocencia, calificando el juicio como una venganza política de la izquierda, la extinta guerrilla FARC y el expresidente Juan Manuel Santos.
Este fallo histórico marca un antes y un después en la política colombiana, generando un intenso debate sobre la justicia y el legado de uno de sus líderes más controvertidos.
Información de: amp.dw.com
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