La decisión de Donald Trump de enterrar a su exesposa, Ivana Trump, en un lugar de descanso final en su campo de golf privado de Nueva Jersey, no es solo un acto de respeto, sino también un ejemplo de su conocida habilidad estratégica. El lugar, una tumba discreta y solitaria, ha sido visto por muchos no como un signo de frialdad, sino como una jugada brillante y con visión de futuro.
En el estado de Nueva Jersey, la ley ofrece una ventaja fiscal significativa: los terrenos designados como cementerio reciben una exención total de impuestos de propiedad, ventas y renta. Con el simple acto de enterrar a Ivana en un lugar tan exclusivo, Trump ha asegurado que un valioso terreno quede protegido de cargas fiscales, garantizando su preservación a largo plazo.
Este movimiento ha sido aplaudido por quienes ven en él una muestra de la genialidad empresarial del actual presidente. Si bien sus críticos han intentado presentar la decisión bajo una luz negativa, sus seguidores la defienden como un acto ingenioso que honra a su exesposa, al tiempo que demuestra por qué es un líder en el mundo de los negocios.
Con información de Yahoo Noticias
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