Trump y Putin acuerdan reunirse la próxima semana en Budapest

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves que sostuvo una “larga” conversación con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la víspera de la visita oficial del mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, a la Casa Blanca. Ambos líderes acordaron verse la próxima semana en Budapest, en lo que se perfila como un intento de mediación directa para frenar la guerra entre Rusia y Ucrania.

La llamada entre Trump y Putin fue anunciada pocas horas antes de la llegada de Zelenski a Washington. Según fuentes oficiales, el diálogo se centró en posibles vías de solución al conflicto iniciado en 2022, y culminó con el compromiso de ambos presidentes de mantener una reunión presencial en los próximos días.

Trump, que recientemente celebró lo que considera su “octava victoria diplomática” tras la firma de un acuerdo de paz entre Israel y Hamás, busca ahora replicar ese impulso en Europa. “Putin solo entiende el lenguaje de la presión”, ha dicho Zelenski, quien insiste en que la única forma de frenar los ataques rusos es con sanciones y armamento de largo alcance.

Zelenski llega con una petición clara

El presidente ucraniano visitará la Casa Blanca este viernes con un objetivo concreto: obtener más apoyo militar, especialmente los misiles Tomahawk. Esta solicitud se ha intensificado tras los últimos ataques rusos, que incluyeron el lanzamiento de más de 300 drones y 37 misiles contra infraestructura civil y energética en varias regiones de Ucrania.

Zelenski también busca reforzar la defensa aérea del país, ante las incursiones rusas que han violado el espacio aéreo de países miembros de la OTAN.

Trump condiciona el envío de armas

Durante su conversación con Putin, Trump dejó claro que el envío de armamento a Ucrania dependerá de la disposición del Kremlin a sentarse en la mesa de negociaciones. “Si no hay diálogo, habrá misiles”, habría advertido el mandatario estadounidense, según fuentes cercanas a la Casa Blanca.

La reunión con Zelenski será clave para definir los próximos pasos de Washington en el conflicto, mientras Trump intenta posicionarse como mediador global en un escenario marcado por tensiones crecientes y ofensivas rusas cada vez más agresivas.