La administración Trump ha renovado sus esfuerzos para poner fin a la guerra en Ucrania, con el enviado especial Steve Witkoff impulsando discretamente un plan de paz revisado que contiene disposiciones rechazadas por Kiev. Al mismo tiempo, altos funcionarios militares estadounidenses han asumido una misión diplomática poco común en la capital ucraniana.
El secretario del Ejército, Dan Driscoll, encabezó la delegación que llegó a Kiev el miércoles, convirtiéndose en el funcionario de mayor rango del Pentágono en visitar el país desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Su viaje se produjo tras una reunión secreta celebrada en Miami entre Witkoff y asesores del presidente Volodimyr Zelensky, según fuentes familiarizadas con las negociaciones.
El avance parece improbable. La propuesta estadounidense incluye concesiones difíciles de aceptar para Ucrania, como la pérdida de territorio y límites estrictos al ejército. Zelensky, debilitado por un escándalo de corrupción que involucra a colaboradores cercanos, enfrenta además la presión de los ataques rusos y de funcionarios estadounidenses que buscan un acuerdo de alto el fuego.
El secretario de Estado Marco Rubio respaldó públicamente el nuevo impulso diplomático, señalando que una paz duradera requerirá concesiones difíciles de ambas partes. Sin embargo, tras la cumbre fallida de Trump con Vladimir Putin en Alaska, las exigencias del Kremlin —la concesión total del Donbás— han sido consideradas inaceptables por Kiev.
En las últimas semanas, Trump ha mostrado frustración con Putin y ha impuesto sanciones a las petroleras rusas Rosneft y Lukoil, además de apoyar un proyecto de ley que sanciona a socios comerciales de Moscú. “Estoy un poco decepcionado con el presidente Putin en este momento”, declaró recientemente.
La visita de Driscoll, acompañado de dos generales de alto rango, se describe como una “misión de investigación”, aunque no se han revelado detalles sobre sus reuniones en Kiev. Su papel refleja el interés de Washington en explorar nuevas vías para poner fin al conflicto, pese a las dificultades evidentes.
El proceso se complica aún más con la próxima salida del general retirado Keith Kellogg, uno de los defensores más firmes de Ucrania dentro del gobierno estadounidense. Su partida supondrá un golpe para Kiev en un momento de creciente incertidumbre.
Con información de Infobae

