El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estableció este viernes un plazo hasta el próximo jueves 27 de noviembre para que su homólogo ucraniano, Volodímir Zelensky, responda al plan de paz estadounidense destinado a poner fin al conflicto en Ucrania, que estalló con la invasión rusa en febrero de 2022. La fecha coincide con la celebración del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, lo que Trump calificó como un momento “apropiado” para una decisión sobre el futuro de las negociaciones.
Durante una entrevista con el locutor Brian Kilmeade en Fox News, Trump reiteró que Kiev tendrá que aceptar ciertas concesiones territoriales, especialmente en el este del país, incluyendo la región del Donbás, según su propuesta. Esta posición ha sido categóricamente rechazada por Zelensky, quien este mismo viernes anunció que presentará una alternativa al plan estadounidense.
El proyecto de paz, de 28 puntos, contempla que Ucrania reconozca “de facto” la soberanía rusa sobre Crimea y ceda el control de Donetsk y Lugansk. Asimismo, plantea dividir las regiones meridionales de Kherson y Zaporizhzhia siguiendo la línea actual del frente de batalla, mientras se mantienen garantías de seguridad para Ucrania proporcionadas por Estados Unidos y sus aliados europeos, similares a los compromisos de la OTAN.
El plan incluye además una reducción de las fuerzas armadas ucranianas a 600.000 efectivos y estipula que la OTAN no desplegaría tropas en territorio ucraniano, mientras que los aviones europeos de apoyo permanecerían en Polonia. A pesar de estas concesiones, Trump aseguró que las sanciones a Rusia, especialmente sobre su industria energética, continuarán, calificándolas de “muy contundentes”.
Desde Kiev, Zelensky subrayó que cualquier acuerdo debe garantizar “una paz digna” que respete la independencia y soberanía de Ucrania. La Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, confirmó que el plan sigue en negociación y revisión, y cuenta con el respaldo de Trump, quien lo describió como “un buen plan tanto para Rusia como para Ucrania”, insistiendo en que debería ser aceptable para ambas partes.
El escenario que se abre plantea un delicado equilibrio entre la presión estadounidense, las demandas de Ucrania y la postura de Rusia, mientras el conflicto sigue dejando víctimas y tensión en la región.

