El Viernes Negro, la fiesta global del consumo

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El Black Friday, esa jornada que hoy parece inevitable en el calendario comercial, nació en Estados Unidos y se ha convertido en un fenómeno mundial. Lo que comenzó como un término cargado de connotaciones negativas, asociado a crisis financieras y al caos en las calles de Filadelfia, terminó transformándose en un ritual de consumo que millones de personas esperan con ansias cada año.

Por Vanessa Rodríguez// MiamiNews24

La historia del Black Friday es tan curiosa como reveladora. El término “Viernes Negro” apareció por primera vez en 1869, cuando una caída del mercado del oro arruinó a miles de inversores en Estados Unidos. Décadas más tarde, en la década de 1950, la policía de Filadelfia comenzó a usarlo para describir el caos que se producía el viernes después del Día de Acción de Gracias: multitudes de compradores abarrotaban las calles, los comercios se llenaban y los agentes debían trabajar horas extras para controlar el tráfico y los disturbios.

Lo que en principio era un apelativo sombrío, pronto fue adoptado por los comerciantes con un giro positivo. A partir de los años 80, el Black Friday empezó a asociarse con el momento en que las cuentas de las tiendas pasaban de números rojos a números negros, es decir, de pérdidas a ganancias. Desde entonces, la fecha se consolidó como el inicio no oficial de la temporada navideña y como un espectáculo de ofertas que se expandió más allá de las fronteras estadounidenses.

La espera ansiosa de los consumidores

Hoy, el Black Friday es sinónimo de largas filas, clics frenéticos en páginas web y una expectativa casi ritual. Las personas esperan este día para adquirir productos que, en otras fechas, serían inalcanzables. La jornada se ha convertido en un símbolo de oportunidad, pero también en un reflejo de la sociedad de consumo: un día en que la emoción por la compra se mezcla con la adrenalina de la competencia.

Los consumidores planifican con semanas de antelación, revisan catálogos, comparan precios y diseñan estrategias para aprovechar las rebajas. En muchos hogares, el Black Friday es visto como una ocasión para renovar electrodomésticos, adquirir tecnología de última generación o adelantar los regalos de Navidad.

Los productos estrella

Entre los artículos más codiciados destacan los electrodomésticos, que suelen ofrecer descuentos significativos. Las televisiones de gran formato, los teléfonos móviles, las computadoras portátiles y las consolas de videojuegos encabezan la lista de deseos. También la moda y los accesorios tienen un lugar privilegiado: ropa de temporada, zapatos y bolsos se convierten en protagonistas de las ofertas.

En los últimos años, el comercio electrónico ha potenciado aún más la fiebre del Black Friday. Plataformas digitales ofrecen rebajas en productos tan variados como viajes, seguros, cursos en línea y hasta alimentos gourmet. La globalización ha hecho que este fenómeno, nacido en las calles de Filadelfia, se viva con intensidad en países de Europa, América Latina y Asia.

Una tradición que se reinventa

El Black Friday no es solo un día de compras; es un espectáculo cultural que refleja la evolución del comercio y la psicología del consumidor. Lo que comenzó como un caos urbano se transformó en una estrategia de marketing global, capaz de movilizar a millones de personas.

Hoy, con la competencia del Cyber Monday y las ofertas que se extienden durante toda la semana, el Black Friday sigue siendo el epicentro de la temporada de descuentos. Su historia nos recuerda cómo un término negativo puede reinventarse y convertirse en una celebración del consumo, marcada por la emoción, la expectativa y la promesa de encontrar ese producto soñado a un precio irresistible.

En conclusión, el Black Friday es más que un día de rebajas: es una tradición moderna que combina historia, comercio y cultura. Un viernes que, de negro, pasó a ser brillante, lleno de luces, pantallas encendidas y consumidores dispuestos a conquistar las mejores ofertas.