Perros y emociones: un estudio revela cómo la percepción humana puede engañarnos

52

Tener un perro puede hacerte más feliz, pero una nueva investigación de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) revela un hallazgo curioso: cuando las personas se sienten felices, tienden a percibir a los perros como más tristes.

El estudio, liderado por el especialista en comportamiento animal Clive Wynne, analizó cómo el estado de ánimo humano influye en la interpretación de las emociones de los animales. “Sabemos que las emociones de las personas afectan cómo perciben las emociones de otros. Lo sorprendente es que este sesgo también se aplica a los perros”, explicó Wynne.

El experimento

Los investigadores mostraron a estudiantes universitarios una serie de videos cortos con tres tipos de escenas:

  • Momentos positivos, como un perro recibiendo un premio.
  • Situaciones neutras, como un perro descansando.
  • Escenas ambiguas, como un perro interactuando con objetos cotidianos.

Antes de ver los clips, los estudiantes fueron expuestos a imágenes diseñadas para inducir estados de ánimo positivos o negativos. En una primera prueba, las imágenes no modificaron significativamente la percepción de los perros. Sin embargo, en una segunda fase, los investigadores utilizaron fotos de perros en situaciones felices o difíciles para influir en el ánimo de los participantes.

El resultado fue sorprendente: los estudiantes que estaban de buen humor calificaron a los perros como más tristes, mientras que aquellos en un estado de ánimo negativo tendieron a verlos como más felices.

Implicaciones del hallazgo

Los expertos advierten que este sesgo puede tener consecuencias en la relación humano-animal. “El reconocimiento de emociones en los perros no es solo una curiosidad; puede afectar la forma en que los cuidamos y entendemos sus necesidades”, señaló Wynne.

Estudios previos ya habían demostrado que ciertas razas son más propensas a ser malinterpretadas en sus expresiones faciales. Este nuevo hallazgo refuerza la idea de que las intuiciones humanas sobre las emociones caninas suelen ser erróneas o sesgadas.

Una ventana al vínculo humano-animal

Para Wynne, el estudio apenas comienza a revelar la complejidad de la comunicación emocional entre humanos y perros: “Me sorprende constantemente lo bien que los perros pueden manejar nuestras emociones. Apenas estamos arañando la superficie de un misterio enorme”.

Los investigadores esperan que comprender mejor estos sesgos ayude a mejorar la convivencia y el bienestar de los animales de compañía. “Saber cómo interpretamos a nuestros perros puede ser clave para darles lo que realmente necesitan”, concluyó Wynne.

Con información EL Pueblo