Durante siglos, el maquillaje ha sido más que un recurso estético: una herramienta para definir jerarquías sociales y responder a cánones de belleza impuestos. Bases, delineadores y labiales se convirtieron en símbolos de estatus y en mecanismos para realzar rasgos o disimular inseguridades.
Sin embargo, frente a esta tradición, crece un movimiento que reivindica lo natural y opta por prescindir de cualquier adorno cosmético. La llamada “cara lavada” no solo responde a una tendencia estética, sino que refleja motivaciones profundas vinculadas con la salud, la psicología y la crítica cultural.
Salud antes que apariencia
Expertos señalan que una de las principales razones para evitar el maquillaje es la prioridad por el cuidado de la piel. Al prescindir de productos químicos, las personas buscan proteger la dermis y reducir riesgos de irritaciones o alergias. Este enfoque se alinea con prácticas de autocuidado y con la llamada “biobelleza”, que promueve rutinas más conscientes frente a la exposición a pantallas, luz azul y factores ambientales.
Otro factor clave es la funcionalidad. Para muchos, el proceso de aplicar y mantener cosméticos resulta agotador o innecesario. El rostro al natural se asocia con un estilo de vida más relajado, práctico y libre de exigencias externas.
Un gesto de protesta
La doctora Tara Well, del departamento de psicología de la Universidad de Columbia, ha estudiado los mensajes implícitos detrás de esta elección. Según sus investigaciones, la decisión de no maquillarse revela rasgos de personalidad y una postura crítica frente a la sociedad. En este sentido, la cara lavada puede interpretarse como un rechazo explícito a los estándares de belleza tradicionales y como una afirmación de autoaceptación.
No maquillarse deja de ser una simple preferencia para convertirse en un acto simbólico: aceptar la propia imagen sin filtros y desligar el valor personal de la apariencia física. En última instancia, esta práctica se inscribe en un debate más amplio sobre salud, identidad y libertad frente a los estereotipos.