El fiscal general de Honduras, Johel Antonio Zelaya Álvarez, anunció este lunes por la noche que se emitió una orden de captura internacional contra el expresidente Juan Orlando Hernández, recientemente indultado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y liberado de una prisión federal en Virginia Occidental.
En un mensaje publicado en la red social X, Zelaya informó que dio instrucciones a los organismos nacionales y a Interpol para ejecutar la orden contra Hernández por cargos de lavado de dinero y fraude vinculados al denominado Caso Pandora, que se remonta a su primera campaña presidencial en 2013. “Hemos sido lacerados por los tentáculos de la corrupción y por las redes criminales que han marcado profundamente la vida de nuestro país”, señaló el fiscal.
Los fiscales sostienen que entre 2010 y 2013 una red de legisladores y particulares desvió fondos públicos a través de fundaciones privadas, canalizando posteriormente esos recursos hacia campañas políticas, incluida la de Hernández. El paradero del exmandatario es desconocido y su abogado no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
El anuncio coincidió con el Día Internacional contra la Corrupción y se acompañó de un documento fechado el 28 de noviembre, en el que un magistrado de la Corte Suprema hondureña solicitaba a Interpol la “inmediata captura” de Hernández, incluso si era liberado por las autoridades estadounidenses.
Hernández, presidente de Honduras entre 2014 y 2022, fue extraditado a Estados Unidos poco después de dejar el cargo y condenado a 45 años de prisión por narcotráfico y posesión de armas. Los fiscales estadounidenses lo señalaron como pieza clave en “una de las mayores y más violentas conspiraciones de narcotráfico del mundo”.
El 1 de diciembre, Trump lo indultó tras recibir una carta en la que Hernández se describía como víctima de “persecución política” del gobierno de Joe Biden. El expresidente estadounidense defendió la medida asegurando que “muchos amigos” habían pedido clemencia y calificó el caso como un “montaje”.
En Honduras, Hernández es una figura ampliamente repudiada, asociada a escándalos de corrupción y a las tensas elecciones de 2017, cuando logró un segundo mandato pese a la prohibición constitucional de la reelección, lo que provocó protestas y dejó una veintena de muertos.
La orden de captura internacional abre un nuevo capítulo en la trayectoria del exmandatario, que pasó de ser considerado aliado de Washington a convertirse en uno de los políticos más cuestionados de Centroamérica.
Con información de EFE