Estudio revela que los gatos maúllan más al saludar a hombres que a mujeres

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Un nuevo estudio publicado en la revista Ethology sugiere que los gatos tienden a maullar con mayor frecuencia cuando saludan a cuidadores masculinos, en comparación con las mujeres. La investigación, realizada en Turquía, plantea que los felinos ajustan su comportamiento porque los hombres requieren vocalizaciones más explícitas para identificar sus necesidades.

El equipo liderado por Kaan Kerman, docente de psicología en la Universidad Bilkent, analizó grabaciones de 31 voluntarios que filmaron los primeros minutos tras regresar a casa. En promedio, los gatos maullaron 4,3 veces al recibir a hombres y 1,8 veces al saludar a mujeres. Los investigadores también contabilizaron otros sonidos como gorjeos, chirridos y ronroneos.

Posibles explicaciones

Según los autores, la diferencia podría reflejar estilos de comunicación distintos: trabajos previos muestran que las mujeres suelen hablar más con sus gatos y son más hábiles para interpretar sus señales vocales. Jonathan Losos, biólogo evolutivo de la Universidad de Washington en St. Louis, consideró plausible la hipótesis, aunque advirtió que la muestra es pequeña y que deben descartarse otras variables.

Mikel Delgado, especialista en comportamiento felino de la Universidad de Purdue, se mostró escéptica y señaló que factores como el tiempo que el gato pasa solo o el hambre no fueron considerados. Además, destacó que no se registró cuánto hablaban los cuidadores con sus mascotas durante las grabaciones, lo que también influye en la vocalización.

Influencia cultural

Los investigadores reconocieron que los resultados podrían estar condicionados por factores culturales, ya que todos los participantes vivían en Turquía, donde los hombres suelen interactuar verbalmente con menos frecuencia. Esto, según el equipo, podría explicar por qué los gatos maúllan más para obtener respuesta.

Kerman subrayó que comprender mejor la comunicación felina es clave para el bienestar de los gatos, que suelen ocultar sus problemas. Replicar el estudio en otros países, añadió, permitiría confirmar si la diferencia en vocalizaciones se mantiene en distintos contextos culturales.