Los equipos de rescate en Texas continúan este domingo una búsqueda contrarreloj de decenas de personas desaparecidas tras las catastróficas inundaciones, que ya han cobrado la vida de al menos 67 personas.
Ciudadanos y autoridades trabajan sin descanso, especialmente en la búsqueda de unas 11 niñas que formaban parte de un grupo cristiano acampado a orillas del río Guadalupe, según reportes de la Associated Press. El Papa León XIV envió sus condolencias a las familias afectadas, expresando: “Oramos por ellos”, durante el rezo del ángelus en el Vaticano.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, informó que había alrededor de 750 niñas en el Camp Mystic cuando el río se desbordó. Describió el campamento como «devastado de una forma que no había visto en ningún desastre natural», y señaló en X que el agua llegó «a la parte superior de las cabañas». Abbott prometió: «No pararemos hasta encontrar a todas las niñas». En el condado de Kerr, donde se ubicaba el campamento, se pueden observar mantas, osos de peluche y otras pertenencias de las niñas cubiertas de barro, con las ventanas de las cabañas destrozadas por la fuerza de la corriente.
Más Lluvias Amenazan la Región y Revelan Vulnerabilidades
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha emitido una advertencia para este domingo, ya que se esperan nuevas lluvias torrenciales en zonas de Texas con el suelo ya saturado, lo que incrementa el riesgo de más inundaciones. El NWS prevé entre 50 y 100 milímetros adicionales de lluvia, con algunas áreas aisladas que podrían recibir cerca de 250 milímetros. «Es muy difícil prever exactamente donde ocurrirán las precipitaciones más fuertes”, añadió el servicio meteorológico.
El viernes, el río Guadalupe creció aproximadamente ocho metros en tan solo 45 minutos, debido a la caída de más de 300 milímetros de lluvia durante la noche, una cantidad que representa un tercio del promedio anual de precipitaciones. Hasta el momento, se han recuperado 59 cuerpos en todo el estado de Texas. Lamentablemente, el propietario y director del Camp Mystic también figura entre las víctimas fatales, según el ayuntamiento de Kerrville.
Las inundaciones repentinas no son raras en el sur y centro de Texas, una zona conocida como el «callejón de las inundaciones repentinas», debido a que el suelo no es adecuado para absorber grandes volúmenes de agua. Gerardo Martínez, un residente de 61 años, describió la devastación: «El agua llegaba hasta la copa de los árboles. Unos 10 metros más o menos». También relató cómo «coches y casas enteras se iban río abajo».
Finalmente, científicos y agencias de gestión de catástrofes han criticado al presidente Donald Trump por los recortes de financiación y personal en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el organismo encargado de las previsiones y advertencias meteorológicas.
Con Información de El Nuevo Herald
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