Según los analistas, la situación actual del mercado fortalece la posición de las criptomonedas como alternativa financiera.FOTO Bitfinanzas
En un hecho que ha encendido las alarmas entre analistas financieros, la deuda pública de Estados Unidos ha crecido a un ritmo vertiginoso, aumentando en un billón de dólares en apenas 48 días. Con este preocupante incremento, la cifra total de la deuda federal se acerca a la marca de los 38 billones de dólares, un hito que refleja una trayectoria fiscal insostenible y un nivel de gasto gubernamental no visto desde la Segunda Guerra Mundial.
Este acelerado endeudamiento no es un mero capricho de las tasas de interés, sino un síntoma de un problema más profundo: el gasto público ha escalado hasta representar un asombroso 44% del Producto Interno Bruto (PIB). Esta cifra, casi la mitad de la actividad económica total del país, sugiere una dependencia crónica del déficit para financiar las operaciones estatales.
Si bien en el pasado los déficits masivos se asociaban a grandes guerras o crisis económicas, hoy son la norma, sin una solución clara a la vista por parte de Washington.En este contexto de inestabilidad fiscal y devaluación latente de la moneda, los expertos en el mercado de activos digitales señalan que el escenario actual refuerza la narrativa de las criptomonedas.
Bitcoin, en particular, se presenta como una alternativa viable y un refugio de valor. A diferencia de las monedas fiduciarias que pueden ser impresas sin control, el suministro de Bitcoin es finito y su sistema es descentralizado, lo que lo protege de las malas decisiones de los gobiernos y los bancos centrales.
A corto plazo, la estrategia de la Reserva Federal de mantener altos los rendimientos de los bonos para atraer inversionistas podría desviar la liquidez de los activos de riesgo. Sin embargo, en el largo plazo, la persistente erosión de la confianza en el sistema fiduciario debido a un gasto deficitario constante podría impulsar una migración masiva de capitales hacia activos digitales escasos.
La trayectoria de la deuda de EE.UU. no solo es una preocupación nacional, sino que también valida a nivel global la tesis de que los activos descentralizados y ajenos al control estatal ofrecen una protección necesaria en tiempos de incertidumbre económica