Fiscalía de Utah pedirá pena de muerte para acusado del asesinato de Charlie Kirk

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El joven Tyler Robinson, de 22 años, acusado de asesinar al activista conservador Charlie Kirk, compareció este martes por primera vez ante un tribunal del estado de Utah, donde fue imputado por homicidio agravado, un cargo que podría derivar en la pena de muerte.

Kirk, de 31 años y fundador del grupo juvenil Turning Point USA, murió el 10 de septiembre tras recibir un disparo en el cuello mientras participaba en un evento universitario en Orem. Según la investigación, Robinson habría utilizado un rifle con mira telescópica desde el tejado de un edificio cercano.

Audiencia virtual y cargos múltiples

La audiencia preliminar se realizó de forma virtual. Robinson apareció desde la cárcel del condado de Utah, sin derecho a fianza, vistiendo un chaleco verde anti-suicidio y sin mostrar reacción visible durante los 15 minutos que duró el procedimiento. El juez Tony Graf anunció que la próxima audiencia será el 29 de septiembre, también virtual, y que se le asignará un abogado público.

La Fiscalía presentó siete cargos, incluyendo homicidio agravado, obstrucción a la justicia, manipulación de testigos y comisión de un delito violento en presencia de menores. El fiscal del condado, Jeff Gray, confirmó que solicitará la pena capital: “No tomo esta decisión a la ligera. Es una ofensa capital bajo circunstancias que pusieron en riesgo a otros”, declaró.

Entre las pruebas presentadas se encuentra ADN de Robinson en el gatillo del arma, así como mensajes de texto y una nota escrita que habría dejado bajo su teclado: “Tengo la oportunidad de eliminar a Charlie Kirk, y la voy a tomar”. Su compañero de apartamento, quien colabora con la justicia, también habría recibido una confesión directa del acusado.

El fiscal citó otro mensaje: “Estaba harto de su odio. Hay odio que no puede negociarse”, en referencia a las posturas públicas de Kirk, quien era cercano al presidente Donald Trump y conocido por sus críticas al movimiento transgénero.

El asesinato ha generado una fuerte reacción política. La Casa Blanca anunció que perseguirá a lo que calificó como un “movimiento terrorista doméstico” de izquierda, lo que ha despertado preocupaciones sobre el uso del caso para silenciar opositores políticos.

El director del FBI, Kash Patel, ha sido criticado por su manejo inicial del caso, incluyendo la detención errónea de otro sospechoso que fue liberado dos horas después