Estados Unidos ha acordado proporcionar a Ucrania información de inteligencia para apoyar ataques de largo alcance contra infraestructuras energéticas rusas, en lo que representa un giro estratégico en su apoyo militar. Además, la administración Trump evalúa el suministro de misiles Tomahawk, una medida que podría transformar la capacidad ofensiva de Kiev.
La decisión, reportada por medios estadounidenses, permitiría a Ucrania atacar refinerías, oleoductos y centrales eléctricas en el interior de Rusia, con datos satelitales y monitoreo avanzado proporcionados por Washington. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, confirmó el jueves en Copenhague que discutió el tema directamente con Donald Trump: “Después de mi reunión con Trump, tal vez tengamos algo más. Ya veremos”.
Misiles Tomahawk: el arma que Kiev espera
Los Tomahawk, con un alcance de hasta 2.500 kilómetros y capacidad de carga explosiva de hasta 450 kilogramos, llevan tiempo en la lista de deseos de Ucrania. Actualmente, Kiev depende de misiles como el Storm Shadow (250 km de alcance) y drones de fabricación nacional con cargas más limitadas.
Zelenski subrayó que el intercambio de inteligencia y el acceso a armamento de largo alcance permitirían a Ucrania “ser comparable” frente a los ataques rusos. “Cuando ellos utilizan 500 drones al día, nosotros usamos 100-150. Tenemos que financiar nuestra capacidad”, afirmó.
Golpes a la infraestructura energética rusa
Desde agosto de 2025, Ucrania ha atacado al menos 16 de las 38 refinerías rusas, paralizando cerca del 40% de la capacidad de refinado del país. Esto ha provocado escasez de gasolina en varias regiones, con límites de 10 a 20 litros por cliente.
Ante el deterioro del suministro, Moscú planea importar combustible desde China, Corea del Sur y Singapur, levantar aranceles en puntos del Extremo Oriente y subvencionar la diferencia de precios con fondos federales. Según medios afines al Kremlin, el viceprimer ministro Alexander Novak advirtió que las petroleras rusas no pueden reparar los daños debido a las sanciones occidentales.
Un cambio de postura
La decisión de EE.UU. marca un cambio significativo en su estrategia, al permitir ataques más profundos en territorio ruso y alentar a sus aliados de la OTAN a seguir el ejemplo. Mientras Moscú rechaza negociaciones directas con Kiev, Washington refuerza su compromiso con Ucrania en medio de una guerra que redefine el equilibrio energético y militar en Europa.