El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles un nuevo paquete de sanciones contra dos de las principales compañías petroleras de Rusia, en lo que calificó como una medida “tremenda” para presionar al Kremlin a poner fin a la guerra en Ucrania. Las empresas afectadas son Rosneft y Lukoil, responsables de casi la mitad de las exportaciones de crudo del país, según estimaciones de Bloomberg.
Las sanciones fueron impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, y representan la primera intervención directa del gobierno de Trump contra el sector energético ruso desde el inicio del conflicto. “Estas corporaciones financian la maquinaria de guerra del Kremlin”, afirmó el secretario del Tesoro, Scott Bessent, al justificar la medida.
Rosneft, dirigida por Igor Sechin —uno de los aliados más cercanos de Vladimir Putin— y Lukoil, una empresa privada con fuerte presencia internacional, han sido incluidas en la lista negra de entidades sancionadas, lo que limita sus operaciones financieras y comerciales con empresas estadounidenses y sus socios.
La decisión llega en un momento de creciente frustración por parte de Trump ante la falta de avances en las negociaciones de paz con Moscú. “Cada vez que hablo con Vladimir, mantengo buenas conversaciones y luego no llegan a nada”, declaró el mandatario, tras aplazar una reunión prevista con Putin en Budapest.
El impacto de las sanciones se percibe como simbólico y económico. Analistas consultados por la BBC advierten que, si bien la medida podría debilitar la economía rusa, no garantiza por sí sola un cambio en la postura del Kremlin. “Es un buen comienzo, pero se necesita presión sostenida”, señaló el exembajador John Herbst.
Las sanciones también podrían tener repercusiones globales, especialmente en países como China, India y Turquía, principales compradores de petróleo ruso. Washington ha instado a estos gobiernos a reducir sus importaciones, y no descarta aplicar sanciones secundarias si mantienen sus vínculos comerciales con Rosneft y Lukoil.
En paralelo, el precio internacional del crudo Brent registró un aumento del 5% tras el anuncio, reflejando la incertidumbre en los mercados energéticos. Expertos advierten que el efecto podría ser temporal, a menos que se refuercen las restricciones al transporte y financiamiento de petróleo ruso.

