Inflación en EE.UU. se mantiene estable en 3% y refuerza expectativas de recorte de tasas

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Foto: AP News

La inflación al consumidor en Estados Unidos registró un aumento moderado en septiembre, alcanzando un 3% interanual, según informó el Departamento de Trabajo, una cifra ligeramente por debajo de lo previsto por los analistas. La publicación de los datos se retrasó nueve días debido al prolongado cierre parcial del gobierno, ahora en su día 24, que había pausado la mayoría de los informes económicos oficiales.

El incremento del IPC se explica principalmente por el subidón del 4,1% en los precios de la gasolina durante el mes, mientras que los alimentos presentaron un alza moderada del 0,2%, impulsada por un leve aumento en los productos de consumo doméstico. La inflación subyacente —que excluye alimentos y energía— también se situó en 3%, por debajo de las expectativas de los economistas.

Estos datos reflejan que la economía estadounidense sigue mostrando resiliencia, incluso ante la desaceleración en la creación de empleo, que registró solo 22.000 nuevos puestos en agosto. La combinación de una inflación moderada y un mercado laboral debilitado fortalece la expectativa de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés en su próxima reunión. Según el mercado de futuros, existe casi un 99% de probabilidad de que se reduzca en 25 puntos básicos, llevando la tasa de referencia a un rango de entre 3,75% y 4,00%.

El ajuste del IPC también tuvo un impacto inmediato en la Administración del Seguro Social, que anunció un aumento de aproximadamente 56 dólares mensuales en los beneficios de jubilación a partir de enero de 2026.

Los economistas coinciden en que, pese al aumento en los precios de la energía, la estabilidad de la inflación y la desaceleración en el empleo podrían motivar a la Reserva Federal a mantener su política monetaria flexible, con el objetivo de sostener la recuperación económica y estimular la inversión en un contexto todavía incierto.

En definitiva, los datos de septiembre confirman que la economía estadounidense se mantiene estable pero vigilante, con decisiones de política monetaria clave previstas para la próxima semana.